26 octubre: "La violación de Lucrecia”, soliloquio, William Shakespeare

La Consejería de Cultura pone sobre las tablas del Teatro Revellín, el próximo 26 de octubre, a partir de las siete y media de la tarde, el soliloquio (monologo) de William Shakespeare, "La violación de Lucrecia”, una puesta en escena de Teatro Clásico de Sevilla, compañía dirigida por el actor y productor Juan Motilla.

Las entradas están disponibles tanto en la taquilla del teatro como en la web de la Ciudad, las localidades podrán adquirirse a precios de patio anterior 8 euros, patio posterior 6, palco 5 y visibilidad reducida 3 euros. Asimismo, los colectivos habituales de familia numerosa, niños (de 2 a 13 años), tercera edad (mayores de 60 años), carnet joven, personas con discapacidad y personas que se encuentren en situación desempleo, gozarán de una reducción de 2 euros, menos en visibilidad reducida.

Las bases sobre las que se asienta la obra, tienen su origen en un suceso histórico ocurrido en Roma 500 años a.C. y descrito tanto por Ovidio como por Tito Livio: La violación de una dama romana, llamada Lucrecia, por parte del príncipe Tarquino…, el que es desterrado, tras el suicidio de Lucrecia. El pueblo clama venganza, la monarquía corrupta es derrocada, instaurándose la república.

La pieza teatral se centra en el poema de 1594, “La violación de Lucrecia”. En torno a él, Alfonso Zurro ha escrito y desarrollado una dramaturgia muy especial, donde la mirada de Shakespeare, provoca un efecto de perplejidad, que no deja indiferente al espectador.

Zurro ha escrito y desarrollado una dramaturgia muy especial. Primero para articularlo como monólogo femenino y después, abrirlo en varias líneas dramáticas que amplíen el hecho histórico, acercándolo hasta nuestros días, a través de Lorena Ávila, que su interpretación nos remueve la conciencia ya convertida en Lucrecia y, nos va narrando los trágicos sucesos, nos coloca ante la violencia y la crueldad que conlleva un acto como ese y al desamparo de ella como mujer violada.

 

El personaje se desdobla y salta en el tiempo para trasladarnos a la realidad que muchas mujeres siguen sufriendo y nos acerca a ese terror de tantas mujeres y niñas violadas por todo el mundo.

La firmeza del perfil del personaje, la pulcritud del lenguaje, el dolor físico y emocional de Lucrecia… Todo ello está condensado en este monólogo que describe lo que se puede decir sobre el uso de la fuerza, el dominio y la humillación sistémica de la violación como arma machista contra la mujer. Sin demagogias ni lugares comunes.