El consejero Javier Guerrero ha dictado el decreto, que se publicara el viernes día 18 en el Boletín Oficial de la Ciudad, en el que establecen las condiciones de seguridad, higiene y aforo para las ceremonias de la primera comunión, que se prolongarán hasta el día 25 de octubre.

El decreto, recuerda que la celebración religiosa -cumpliendo los requisitos sanitarios- será oficiada para 14 niños como máximo en cada ceremonia, ampliable hasta 25 en espacios al aire libre.

El aforo debe limitarse al 75 % de los asientos, que serán los familiares directos de los niños comulgantes, padres, hermanos y abuelos. La entrada y salida del templo se hará de forma escalonada para evitar las aglomeraciones. Durante la celebración, los asistentes mantendrán una distancia de 1,5 metros, salvo que convivan en el mismo domicilio.

Se dispondrá de felpudos humedecidos con solución de agua y lejía a la entrada del templo o recinto; aparte de geles hidroalcohólicos en lugares accesibles y visibles. En las tareas de limpieza y desinfección se prestará especial atención a las zonas de uso común y a las superficies de contacto más frecuentes, como reclinatorios y bancos, limitándose al menor tiempo posible la duración de la celebración del oficio religioso.

El párroco oficiante informará al inicio de la ceremonia de las medidas de seguridad e higiene a respetar. Al ser unas celebraciones susceptibles de saludos y felicitaciones, se debe recordar que no está permitido el contacto personal, salvo entre familiares y convivientes, y tampoco tocar o besar objetos de devoción.

Durante el acto será obligatorio el uso de la mascarilla, la distribución de la comunión se hará en la mano, salvo quienes deseen recibirla directamente deberán esperar al final de los comulgantes.

Estas condiciones son extensibles al resto de celebraciones religiosas, como bodas y bautizos, que se han de adaptar a la situación de pandemia.