Doscientas personas asisten al homenaje y entierro de diecinueve víctimas del franquismo
Dos centenares de personas, entre familiares de víctimas del franquismo, vecinos de Jimena, autoridades, arqueólogos y personas simpatizantes de la causa de la memoria, han participado hoy (30), en el homenaje a las diecinueve víctimas del franquismo rescatadas de fosas comunes que han sido sepultadas en un panteón construido al efecto en el cementerio nuevo de San Pablo.
Hijos, nietos, bisnietos y hasta la hermana de una persona asesinada en 1937 han estado esta mañana en el acto de homenaje organizado por el Ayuntamiento en colaboración con los propios familiares y el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar. Han estado también representantes de la Diputación de Cádiz y la Mancomunidad de Municipios, entidades que financiaron las exhumaciones de 2020 y 2021 en las que aparecieron las fosas comunes y los restos hoy sepultados, y miembros del equipo de arqueólogos que las realizó.
Jóvenes voluntarios que participaron en la exhumación, familiares de las víctimas y los arqueólogos han portado las cajas que contenían los restos hasta los nichos habilitados en el panteón. Ana Rojas, bisnieta de Manuel Reyes Ruiz y Francisca Oliver García, que eran padres de siete hijos y esperaban a uno más cuando fueron asesinados en 1937, tocó al saxofón el himno de Riego, himno oficial de la Segunda República Española, mientras los féretros eran introducidos en los nichos.La emoción ha estado muy presente en todos los presentes durante todo el homenaje. Lo comenzó el alcalde de Jimena, Francisco Gómez, que lamentó que las Administraciones públicas hayan tardado ochenta años en hacer lo que se ha hecho hoy, dar sepultura digna a las víctimas de la represión franquista. Gómez leyó, uno a uno, los nombres y apellidos de los 117 vecinos de Jimena de los que, de momento, se tiene constancia de su asesinato a manos de los franquistas a partir de 1936. El alcalde terminó sus palabras pidiendo verdad, justicia y reparación para todas las víctimas del franquismo.
Juan Lozano, presidente de Mancomunidad, expresó el cariño y el afecto de la entidad comarcal para con todos los familiares de las víctimas del franquismo y expresó su compromiso con la causa de la memoria. Lucía Trujillo, responsable de memoria en la Diputación Provincial, recordó el apoyo de esta institución a las exhumaciones que han hecho posible el acto de hoy y elogió el trabajo de los arqueólogos que están coordinados por Jesús Román y que han desarrollado un trabajo muy importante en numerosos municipios de Cádiz. Visiblemente emocionada, Trujillo expresó su solidaridad con los familiares y confirmó el compromiso de Diputación con las políticas de memoria.
Pascual Collado, nieto y sobrino nieto de tres fusilados, habló en nombre de los familiares. Agradeció el esfuerzo de las Administraciones públicas que han colaborado en las exhumaciones de Jimena y criticó al actual Gobierno de la Junta de Andalucía por hacer total dejación de sus responsabilidades en materia de memoria. Recordó que, de hecho, el acto de hoy ha surgido porque los familiares, cansados de esperar los resultados de los análisis comparativos de su ADN con el extraído a los restos encontrados, decidieron organizar el funeral colectivo en las fechas próximas al día de los difuntos.
Una treintena de familias entregó en su día muestras de su saliva para que en el laboratorio de la universidad de Granada se pueda analizar y comparar su ADN con el que se ha tomado a las muestras de los restos óseos recuperados. Las familias han expresado su malestar por la tardanza en la realización de estos análisis y exigen a las autoridades pertinentes que tomen las medidas oportunas para que a la mayor brevedad posible estén esos resultados.
Pascual Collado afirmó que todas las personas sepultadas ayer eran inocentes que perdieron la vida y que lo único que querían era vivir en paz y en libertad disfrutando de los derechos y valores que la República Española ofrecía a todos desde el 14 de abril de 1931. Collado tuvo un recuerdo especial para las viudas que dejaron los asesinatos de tantos inocentes y afirmó que:
“En algunos casos, las viudas solicitaron a las autoridades locales de la época el poder recuperar los restos de sus maridos asesinados para darles digna sepultura”. “A todas se les negó a pesar de reiterar sus peticiones”.
Continuó y añadió:
“Se implantó el silencio y el miedo que en algunos casos duró, en muchos de ellos, hasta el final de sus días”.
Collado dijo que a pesar del terror y el miedo impuestos hubo mujeres que se enfrentaron con valor a la situación e incluso a las autoridades:
“Personalmente quiero recordar las acciones de dos mujeres que tuve la suerte de conocer: María Gómez y a Lucía Collado. Y por supuesto, a tantas viudas que tuvieron que luchar por encima de sus fuerzas como matuteras y recoveras para sacar adelante a sus familias, y que en la mayoría de los casos eran familias numerosas”.
Muy emocionadas y atentas a todo lo ocurrido ayer en el cementerio estuvieron algunas hijas de fusilados.
Francisca Saraiba Acedo
Tiene 96 años, llegó al homenaje en silla de ruedas, pero se puso de pie para hacerse una foto con el resto de familiares. Ella sigue recordando a su padre, José, fusilado y a su madre, Francisca. Cuenta Antonio, nieto del desaparecido que:
“En realidad la que era más política era su madre, que era a la que vinieron a buscar para matarla. Pero como estaba embarazada, lo mataron a él”.
Francisca Téllez Medina
Vino a Jimena desde Sevilla, donde vive, para que la memoria de su padre, Sebastián Téllez Gavira, estuviera presente en el homenaje. Sebastián fue fusilado en febrero de 1937 cuando ella era muy niña y su madre estaba embarazada de siete meses.
Ana Linares
Vino también desde la provincia de Málaga para estar en el homenaje. Su padre se llamaba José Linares Ortigosa, era molinero y tenía 34 años cuando fue asesinado el 25 de febrero de 1937.
Ángeles Téllez Rodríguez
Vino a Jimena desde Alicante con su hijo para asistir al homenaje de hoy. Ella ha sido la única hermana de asesinado hoy presente en el acto. Vino con el recuerdo de su hermano, Francisco Téllez Rodríguez, que fue asesinado en 1936 cuando tenía 18 años. Ella nació 19 años después.
Yolanda Pérea Cañete
Vino desde Estepona para recordar a su abuelo, José Perea García, que fue asesinado en 1937 cuando tenía 32 años. Ella lo contó allí mismo:
“No sé dónde fusilaron a mi abuelo. Sé que vivían en San Pablo, pero no sé el lugar exactamente. Lo que sí sé es que lo que me dice mi tía, con noventa y tantos años: El día que fusilaron a tu abuelo se llevaron de San Pablo a diecisiete hombres más”.
Otras muchas familias de represaliados estuvieron en el homenaje y volvieron a recordar lo ocurrido a sus antepasados. José Luis Sánchez Riquelme, vecino de San Pablo, recordaba a su abuelo, Fernando Riquelme Pérez, que fue fusilado en Jimena junto a dos hermanos y un cuñado en 1937 tras volver de Málaga. José Luis era sobrino de Ana Riquelme Mora, hija de Fernando, a su vez fallecida en julio de 2022. Ella aportó su testimonio el verano pasado para un libro, en el que recordaba cómo los asesinos, después, para ocultar sus crímenes despistaban a las viudas y no les decían dónde habían sido fusilados sus esposos y enterrados, o les mentían para ocultar dónde estaban los cadáveres.
Ana, al hablar del asesinato de los tres hermanos Riquelme, decía:
“A los tres los mataron. Y a los primos hermanos. Los mataron a los tres. (¿Dónde estaban enterrados?) Mi madre no estaba segura porque unos decían que estaban en San Roque, pero a mi madre le dijeron que… ¿Usted ha subido al cementerio? ¿Cogiendo una cuestecilla, no hay, así como un arco y un rinconcito? Pues ahí fue uno del pueblo y le dijo a mi madre: Mira, que a tu marido le di yo en ese rincón el tiro de gracia. Uno del pueblo”.