Discriminación por discapacidad en la Guardia Civil del siglo XXI

La Asociación Unificada de Guardias Civiles ha abierto una cuenta solidaria para ayudar a Jacobo Barchin, guardia civil que lucha por un puesto adaptado.

Los fondos recaudados serán destinados a cubrir los gastos derivados de su lucha, ya que este compañero no está recibiendo ingresos laborales debido a problemas burocráticos.

Jacobo, un valiente guardia civil de 34 años y natural de San Clemente (Cuenca), cumplió su sueño de entrar en el Cuerpo en 2015, tras haber servido en el Ejército de Tierra.

Destinado actualmente en la localidad de El Campello (Alicante), donde trabaja desde 2020 y que, tras un accidente en bicicleta, se encuentra en una silla de ruedas, al sufrir una grave lesión medular.

Jacobo ha dedicado su vida a servir y proteger a los ciudadanos, y ahora, en un momento de necesidad, se enfrenta a una situación que no solo es injusta, sino también profundamente discriminatoria.

La Dirección General de la Guardia Civil y el Ministerio de Defensa han tomado la decisión de no permitir que Jacobo continúe ejerciendo en la Guardia Civil y desempeñe cualquier puesto burocrático o administrativo, pues ha demostrado su capacidad, validez y autosuficiencia.

Esta decisión que atenta contra los derechos de los guardias civiles con discapacidad, no solo ignora su valía como profesional, sino que también desestima su derecho a trabajar y a contribuir a la sociedad, un derecho que debería ser inalienable para todos, independientemente de las circunstancias que puedan afectar su capacidad física.

Desde AUGC hacemos un llamamiento a la responsabilidad y humanidad por parte del Gobierno, que no debería cerrar las puertas a un guardia civil que sólo quiere seguir sirviendo a su país.

Es fundamental recordar que la discapacidad no define a una persona.

Jacobo sigue siendo un guardia civil en su esencia, con la misma dedicación, compromiso y amor por su trabajo que siempre ha tenido y merece por lo tanto una nueva oportunidad.

La verdadera medida de una sociedad se encuentra en cómo trata a sus miembros más vulnerables, y en este caso, estamos fallando.

La exclusión de Jacobo no solo es un golpe a su dignidad, sino también un mensaje negativo para todos aquellos que enfrentan desafíos similares.

Desde AUGC hacemos un llamamiento a la sociedad para que se una en solidaridad con Jacobo. 

Es momento de alzar la voz y exigir un cambio. 

La inclusión y la diversidad son valores que deben ser promovidos y defendidos en todos los ámbitos, especialmente en instituciones que representan la seguridad y el bienestar de todos. 

La lucha de Jacobo es una lucha por la igualdad, por el derecho a ser tratado con respeto y dignidad, y por la oportunidad de demostrar que, a pesar de las adversidades, se puede seguir contribuyendo a la sociedad.

A la clase política, les instamos a que tomen medidas concretas para garantizar que las políticas laborales sean inclusivas y justas.

Sólo pedimos empatía y voluntad institucional y no promesas vacías.

Es esencial que se implementen programas de sensibilización y formación que promuevan la inclusión de personas con discapacidad en el ámbito laboral, especialmente en instituciones como la Guardia Civil. 

La diversidad en el lugar de trabajo no solo enriquece a las organizaciones, sino que también refleja una sociedad más justa y equitativa.

Jacobo y su familia no están solos en esta lucha. 

Todos nosotros, como sociedad, debemos unirnos para apoyarlo y para abogar por un cambio real. 

La historia de Jacobo es un recordatorio de que la resiliencia y la determinación pueden superar cualquier obstáculo, pero también es un llamamiento a la acción para que todos trabajemos juntos hacia un futuro donde la inclusión y la igualdad sean la norma, no la excepción.

AUGC no cesará en su labor de denuncia y apoyo hasta que Jacobo Barchin obtenga lo que le corresponde, su derecho al trabajo digno y adaptado.