La Plataforma Estatal de Enfermera Escolar ha subrayado que las Consejerías de Sanidad y Educación de las distintas comunidades, con el INGESA (Ceuta y Melilla), no podrán garantizar adecuadamente la salud y seguridad del alumnado en los centros educativos a lo largo del nuevo curso, al no propiciar la implantación generalizada de la enfermería escolar.

Con motivo del inicio del nuevo curso escolar 2021-2022, la Plataforma Estatal de Enfermera Escolar, integrada por el Sindicato de Enfermería SATSE; el Foro Español de Pacientes (FEP) y el Sindicato Independiente de la Enseñanza Pública ANPE, ha destacado que los responsables autonómicos de Sanidad y Educación tienen la “enorme responsabilidad” de asegurar un entorno seguro y saludable en el conjunto de centros educativos y, una vez más, se resisten a no apostar por una figura que beneficia, no solo al alumnado, sino a madres y padres, profesorado y al conjunto de la comunidad educativa.

La Plataforma reitera que, resulta necesaria la presencia de una enfermera o enfermero en cada centro educativo, y en el nuevo curso más si cabe, ya que la amenaza del covid-19 sigue muy presente, y hay que preservar a más de ocho millones de alumnos durante gran parte de su jornada diaria. Ceuta, en pasado curso ya apostó por esta figura y ha conseguido mitigar el impacto del coronavirus en sus centros educativos.

El Ministerio de Educación y los gobiernos autonómicos tienen interés por seguir manteniendo los aspectos preventivos frente al covid-19, pero, por otro, no se quiere contar, por una cuestión económica, con el profesional sanitario de enfermería. Lo que supondría un coste “insignificante” de unos 16 a 20 euros al año por habitante. Que aparte podría prevenir otras enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2, patologías respiratorias, y alertar sobre el consumo de tabaco, alcohol y sustancias estupefacientes…, no solo en el ámbito asistencial, sino de información, sensibilización y formación de cara a adquirir hábitos de vida saludables.

La Plataforma defiende que haya un modelo de consenso entre Sanidad y Educación, que facilite la presencia de la enfermera dentro de la comunidad escolar, con criterios normativos homogéneos en todo el Estado, asignando a cada colegio al centro de salud de referencia, adscribiendo la enfermera al equipo de Atención Primaria, pero llevando a cabo su actividad exclusivamente al ámbito educativo.