Tras la celebración del Pleno de hoy, Caballas ha vuelto a insistir en que las medidas del Gobierno para mitigar el impacto de la crisis motivada por la pandemia del COVID19 presentan un evidente desequilibrio:  0 euros para trabajadores; 6 millones para colectivos vulnerables y 10 para empresas y autónomos.  Claramente insuficiente para amparar colectivos vulnerables y trabajadores.

La propuesta de los sindicatos UGT y CCOO -que Caballas ha apoyado votando a favor de la misma- sirve para equilibrar “parcialmente” ese desequilibrio, pero según el Grupo Parlamentario Coalición Caballas (GPCC), a través de su portavoz dice que “el Gobierno y sus socios de VOX han votado en contra, sustituyendo la propuesta por un compromiso de fiabilidad cuanto menos cuestionable del que no se ha dado ninguna explicación pese a haberla solicitado en nuestra intervención”.

Pero a Caballas, más allá de este problema concreto, le preocupa, y mucho, el escenario económico de la ciudad a corto y medio plazo, y sobre todo la estrategia que está siguiendo Gobierno de la Ciudad.

Para el GPCC, el Gobierno se ha instalado en la “petición permanente y casi obsesiva” más allá de toda racionalidad. Prueba de ello –dicen- es la última “petición” de 56 millones, que no está sostenida por ningún argumento ni criterio sólido y fiable. Además, según Mohamed Ali, la Consejera de Hacienda ha faltado a la verdad en su intervención, cuando ha dicho que el Gobierno de la Ciudad hermana de Melilla ha solicitado 58 millones de euros. Esta supuesta petición y cantidad no se han dado, así se lo han confirmado miembros del ejecutivo de la Ciudad Autónoma de Melilla, que le han aclarado que, “en la misiva remitida por ambas ciudades no se ha incluido una cantidad concreta, sino los gastos y criterios que se entienden deben incluirse en los distintos fondos”. Esta es una prueba más, para el portavoz de Caballas, de la “deslealtad e irresponsabilidad” que está empleando en estos momentos el Gobierno del PP, que más allá de pretender resolver los problemas de los ceutíes, está instalado en un peligroso juego de desgaste permanente del Gobierno de la nación, que perjudica gravemente los intereses de Ceuta.

Mohamed Ali tiene claro que, el Gobierno no puede estar constantemente haciendo apelaciones a la solidaridad del pueblo español y pidiendo dinero sin criterios objetivos, mientras que simultáneamente pretende rebajar radicalmente impuestos. Mohamed Ali nos recuerda la propuesta escandalosa de reducir al 0,5% todos los tipos del IPSI, sin ningún tipo de informe ni memoria económica y mucho menos sin tratarlo con el Ministerio de Hacienda. “Un Gobierno manirroto, que despilfarra sin pudor millones de fondos públicos, carece de autoridad moral para pedir más dinero, máxime en tiempos de una crisis devastadora”, contundente Mohamed Ali.

A lo que añade el portavoz, esta actitud, en una coyuntura como la actual marcada por la tragedia (sanitaria y económica) que vive el país, se vuelve en contra de los intereses de Ceuta.

Ali a conseja que, lo que sí debe hacer el Gobierno de la Ciudad, de manera urgente, y si fuera posible contando con el concurso de todos, es plantear un nuevo modelo de financiación de la Ciudad de Ceuta.

A este respecto, hay que plantear dos premisas previas:

1. El modelo tradicional de sostener la financiación de la Ciudad sobe una imposición indirecta propia (IPSI) parece que ha llegado a su fin y está finiquitado. Buena prueba de ello es la necesidad de la “compensación”, un instrumento concebido de forma provisional y atípico, que se viene prolongando en el tiempo indebidamente, al carecer de alternativas y que corre un claro riesgo de mermarse considerablemente.
2.  La financiación de las competencias autonómicas no responde a la realidad. Se hizo mal en su momento, de manera precipitada y más por razones de interés político del momento que como consecuencia de un cálculo riguroso de los costes. Esto se ha notado sobre todo en el área de menores.

Caballas concluye recomendando que, necesitamos un modelo económico nuevo, estable, razonable, seguro. Definir con rigor el “techo de gasto” y determinar las fuentes de financiación adecuadas.