El 6 de noviembre pasado se publicaba en el Boletín de la Ciudad un nuevo encargo de obras a TRAGSA. Esta vez era en la barriada Juan XXIII: un nuevo local social y una pista deportiva con cubierta transitable que se acondicionaría como plaza pública. 3,1 millones de euros de presupuesto y un plazo de ejecución de siete meses.

Publicación acompañada del consiguiente anuncio en prensa y, esta vez, incluso de un vídeo para hacerse una idea de “cómo de bonito” iba a quedar todo.

La pista polideportiva existente se iba a remodelar dotándola de nuevo firme y más espacio. El edificio anexo, usado como local social de la barriada, se iba también a demoler para construir uno nuevo en el mismo lugar que tendría más superficie y mejores instalaciones: iluminación natural, local de reuniones, vestuarios, etc. Plaza de acceso y espacio ajardinado completaban el proyecto.

En diciembre se inicia la primera parte de las obras: derrumbes y movimientos de tierras que hacen desaparecer la pista deportiva de la que han dispuesto los niños y jóvenes de la barriada y el barracón denominado club social.

Y se paran los trabajos.

Han pasado casi tres meses desde el inicio y casi inmediata paralización de la obra y los vecinos no saben qué pasa.

Donde había un recinto deportivo, pobre pero disponible, y un local social usado intensamente por vecinos y familias para sus fiestas y reuniones, no queda más que un solar de tierra removida que ven cómo se llena de basura y cristales.

Por otro lado, el estado del cerramiento de la zona de obra es muy deficiente y no evita el acceso, con los consiguientes riesgos.

Por ello el Grupo Político Ciudadanos interpelara al Gobierno de la Ciudad, preguntándole:

• ¿A qué se debe la paralización de las obras en la barriada Juan XXIII?
• ¿Para cuándo calculan su finalización?