Para Caballas la crisis económica que asola Ciudad es objeto de preocupación para sectores de la población, agentes sociales e instituciones públicas.

Para el portavoz del Grupo local, le resulta desolador comprobar cómo paulatinamente se van “cerrando” locales comerciales, “trasladando una imagen de decadencia”. Pero en este contexto general, por su volumen, para Mohamed Ali, destaca, el estado actual de los polígonos de El Tarajal.

El líder de Caballas comenta lo que fue un núcleo de actividad económica febril, con 230 naves industriales funcionando a pleno rendimiento, se ha convertido en una zona desértica por la que ya no transita nadie, y en el que un reducido número de negocios, apenas una veintena, abre sus puertas sin apenas expectativas de negocio.

Ali evidencia que esta situación es irreversible, también desconoce cómo ni cuándo se reabrirá la frontera; pero de lo que sí está seguro, es de que, el tipo de actividad que se generaba en aquellas naves ha dejado de existir.

Ante esta situación, se pregunta ¿Debe la Ciudad permanecer impasible ante esta situación? ¿Parece razonable que la Ciudad se desentienda de la existencia de tres polígonos de aquellas dimensiones cerrados a cal y canto? Ali también razona que ciertamente se trata de un ámbito privado; pero reflexiona en plan letrado preguntándose que:

“¿No es menos cierto que, el desarrollo económico siempre debe formar parte de las prioridades políticas en la “capital del paro? ¿En las condiciones actuales con más motivo?” 

El líder de Caballas opina que, la Ciudad no puede permanecer ajena a esta realidad, más bien al contrario, debiendo de encontrar la manera de “reorientar” aquellas infraestructuras y ponerlas al servicio del “nuevo modelo económico” que se intenta implantar (industria digital, transición energética…), contando para ello con el concurso de los propietarios.

En esta lógica, Caballas propondrá al Pleno el diseño y ejecución de un Plan de Reconversión de los Polígonos del Tarajal que, para Ali debe de contar con el diálogo y la participación de los propietarios, y desde la colaboración público-privada, permita reiniciar la actividad económica en aquella zona con nuevos proyectos incardinados en el nuevo modelo productivo que se pretende implantar.