“Sabemos que cuando acabe nuestra formación médica tendremos trabajo en Ceuta”
Isabel Espejo Pérez, Médico Interna Residente (MIR) de 4 º año, cuenta su experiencia en el Hospital Universitario de Ceuta y en Centro de Salud de Otero.
Isabel Espejo Pérez, de 32 años, y natural de Sevilla, es una médico residente de 4º año que le mueve una pasión: la Medicina de Familia, especialidad que realiza en el Hospital Universitario de Ceuta y en el Centro de Salud de Otero, y que cataloga como una de las cosas más “maravillosas” que se pueden hacer.
Esta médico aterrizó hace 4 años en el hospital de Ceuta, tiempo más que suficiente para dejar atrás los miedos de los primeros días y poder disfrutar de sus últimos pasos como médico residente, ya que en el mes de mayo finalizará su formación. “Recuerdo que en mi primer año de residente, cuando aún no estaba muy avanzada en mi formación, me tocó guardia en urgencias del Hospital y llegó un hombre con una hemorragia digestiva, es decir, vomitando sangre. No sabía muy bien qué hacer. Pensaba que el hombre se iba a morir, por lo que rápidamente llame a mi médico adjunto y entre los dos pudimos resolver el problema. Solo fue un susto, pero con esto quiero decir que por muchos años de teoría que estudies donde verdaderamente aprendes es en la práctica, concretamente en el área de urgencias”, relata la hispalense, que encontró la fórmula para las primeras semanas: “Al principio le realizaba a los pacientes muchísimas analíticas y pruebas. Esto es algo normal ya que un residente de primer año no tiene la misma visión que un médico que lleva bastantes años en el Hospital. Es algo lógico, recalca”.
Para Espejo, uno de los objetivos de la Medicina de Familia, y que ha trabajado en ello durante estos cuatro años, ha sido la idea de fomentar una buena relación médico-paciente. “Un trato cercano con el paciente te abre muchas posibilidades. Un ¿Cómo estás?, supone mucho para ellos. Involucrarse durante tres segundos en el aspecto emocional te abre muchas posibilidades para establecer un vínculo con el paciente”.
Asimismo, “preguntar por sus familiares, es algo que ellos luego agradecen y te lo demuestran”.
¿Qué supuso el examen MIR?
La preparación del MIR no suele ser algo fácil. Es una experiencia dura en la que se invierte gran parte del tiempo en aprobar el examen que te lleve a la formación en los hospitales. En el caso de Isabel no iba a ser distinto: “El examen del MIR fue muy duro, empiezas en mayo o junio y terminas en enero del año siguiente. Estudias 10 horas diarias de lunes a viernes. Llega el sábado y tienes la academia desde las 9.00 horas hasta las 21.00 horas y luego tienes el domingo para coger fuerzas para el lunes que vuelves a retomar los estudios”. Después de meses de estudio, el esfuerzo tuvo su recompensa y Espejo aprobó el examen que le llevó hasta el Hospital Universitario para hacer la especialidad de Medicina de Familia, algo que ella considera “vocacional”, y anima a todos los estudiantes del MIR a “luchar por lo que uno quiere”.
La tutora MIR, una ayuda esencial para su formación
Espejo detalla que la figura de su tutora, Sara Palenzuela, médico de familia, a la hora de coordinar y tratar a los pacientes es “bastante buena”. En su opinión, “los médicos residentes no somos alumnos y nuestros tutores profesores. Nosotros somos médicos en formación y debemos consultar cualquier duda con los adjuntos o tutores”.
En la misma línea recalca que tanto la tutora como ella “nos compenetramos bien y se hace mucho más ameno trabajar entre las dos. 4 manos trabajan más y mejor que dos. Ahora mismo en estos últimos meses, estamos en el Centro de Salud de Otero y ambas atendemos a los pacientes”, asevera Espejo.
Ceuta, en el horizonte
Esta joven de Sevilla parece tener un futuro cerrado. Confía en que se abra la bolsa de trabajo para poder entrar en alguno de los puestos de Atención Primaria o en urgencia hospitalaria. “Estoy segura que abrirán la bolsa de trabajo y ahí tanto yo como otros residentes podremos entrar a trabajar en Ceuta”, aguarda Espejo.
“Si me quieren, me quedo”, concluye, que ve como una vez que termine la residencia “todos los MIR de Ceuta tendremos trabajo seguro, ya que hacen falta especialistas y ahí podremos entrar”.