El cuidado de la salud mental se "incluirá" en las respuestas de emergencias de salud pública

La OMS, subrayó a los Estados miembros la importancia de reforzar y mejorar el número de recursos de servicios de salud mental y de apoyo psicológico dentro de la cobertura de sus sistemas sanitarios públicos.

La integración de la salud mental en los planes de preparación y respuesta frente a las emergencias de salud pública debe ser una prioridad. Así lo establecieron los Estados Miembros en la reunión del Consejo Ejecutivo de la OMS celebrada en enero de 2021. En dicha reunión, los países manifestaron su compromiso firme para la adopción de una resolución al respecto en la próxima 74ª sesión de la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2021, de forma que se trata de un paso fundamental en el reconocimiento del impacto psicológico de las emergencias, catástrofes y desastres en las personas.

Durante la reunión, los Estados miembros establecieron las siguientes recomendaciones específicas:

  • Proporcionar apoyo técnico a los Estados Miembros para hacer un seguimiento de los cambios y las interrupciones en los servicios de salud mental en situaciones de emergencia.
  • Asesorar y ayudar a los Estados Miembros a promover y ampliar el acceso a servicios de salud mental y de apoyo psicológico primarios y comunitarios inclusivos, integrados y basados ​​en la evidencia, incluso durante las emergencias de salud pública.
  • Fortalecer la capacidad de la OMS con respecto a su acción en materia de salud mental a nivel mundial, regional y nacional.
  • Integrar la salud mental sistemáticamente en todos los aspectos del trabajo de la Secretaría de la OMS en materia de cobertura sanitaria universal.

Asimismo, tal y como recoge la nota de prensa de la OMS, en la reunión se subrayó a los Estados miembros la importancia de reforzar y mejorar el número de recursos de servicios de salud mental y de apoyo psicológico dentro de la cobertura de sus sistemas sanitarios públicos, así como aumentar la asignación presupuestaria destinada a la salud mental.  Otras cuestiones que fueron objeto de interés y preocupación por parte de los miembros de la OMS fueron la necesidad de mejorar la formación en salud mental de todos los profesionales sanitarios, así como de investigar sobre los efectos de la COVID-19 a nivel mental, neurológico y en el uso de sustancias.

El establecimiento de una primera línea de intervención de apoyo psicológico y social fue considerado como una de las líneas de acción clave para frenar el impacto psicológico de la COVID-19 en salud mental de la población, junto con el reforzamiento de los servicios comunitarios y la teleasistencia. Los representantes de la OMS indicaron además los desafíos que supone la pandemia sanitaria actual para determinados grupos vulnerables como los adolescentes, las mujeres (con mayor exposición a abuso doméstico y a agresión sexual), las personas que viven en entornos humanitarios y las personas con problemas de abuso de sustancias, así como los crecientes problemas de estigma y discriminación que están sufriendo las personas con COVID-19, sobre todo, los profesionales sanitarios de primera línea de atención.

Tal y como ha informado la directora del Departamento de Salud Mental y Uso de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud, “la pandemia de COVID-19 ha sido un duro recordatorio de la importancia de integrar la salud mental en los planes de preparación y respuesta para las emergencias de salud pública”. Por este motivo, todas las cuestiones abordadas en la sesión serán tenidas en cuenta en la próxima Asamblea Mundial de la Salud que se celebrará en mayo, con el fin de actualizar el Plan de Acción Integral de Salud Mental 2013-2030.