Pedro Sánchez pide en Marrakech que no se utilice la migración para justificar repliegues nacionalistas
España adopta el Pacto mundial sobre migraciones, un avance hacia la responsabilidad compartida y la solidaridad en la gestión global del reto migratorio.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha viajado a Marrakech para participar en la Conferencia intergubernamental sobre el pacto mundial de migraciones, donde los estados miembros de Naciones Unidas han adoptado un marco de cooperación, no vinculante, basado en una visión positiva del fenómeno migratorio, que reconoce su potencial para la creación de oportunidades beneficiosas para países de origen, tránsito y destino. El texto del acuerdo contempla también la responsabilidad compartida de todos los países firmantes para hacer de la migración un acto seguro, ordenado, regular y voluntario, respetando los derechos humanos. El proceso culminará formalmente el 19 de diciembre en Nueva York, con el endoso del Pacto de migraciones por la Asamblea General de Naciones Unidas y la invitación a los Estados a elaborar planes nacionales de ejecución.
El presidente Sánchez en su intervención ante los estados miembros ha anunciado la adhesión de España a este Pacto de migraciones del que señaló que representa un "avance cualitativo en el multilateralismo eficaz", principio que guía la política y acción del Gobierno español, y que refleja "el camino a seguir para gestionar correctamente los flujos migratorios, la cooperación internacional basada en la responsabilidad compartida y la solidaridad". Asimismo, el presidente ha anunciado que España colaborará en la ejecución equilibrada de los 23 objetivos que presenta el texto, y como medidas concretas, ha anunciado la celebración de una Conferencia Internacional en Almería en 2019 para analizar la relación entre desertificación y migraciones y la puesta en marcha de un Plan estratégico de ciudadanía e integración para fomentar la convivencia, la cohesión social y la inclusión, que estará dotado de un fondo estatal que haga posible el trabajo conjunto con las comunidades autónomas y los ayuntamientos.
Durante su discurso Sánchez ha recordado que el fenómeno migratorio es un "hecho histórico", "consustancial al ser humano" y una "realidad estructural que requiere una gestión estratégica a largo plazo", de manera que sea posible diseñar estrategias sostenibles y eficaces para combatir la migración irregular y sus causas, facilitar la migración regular y voluntaria y disminuir las vulnerabilidades del migrante. "Y es una tarea global" ha dicho, expresando la convicción de que ningún país puede abordar el fenómeno migratorio de manera aislada: "juntos logramos más, es una responsabilidad compartida entre los países de origen, tránsito y destino," ha recalcado.
El presidente ha reivindicado la necesidad de favorecer los aspectos positivos de los flujos migratorios y su contribución al desarrollo y bienestar de los países, y de gestionar adecuadamente las vertientes negativas. "En este punto quiero ser claro," ha dicho Sánchez, "la migración irregular no es el camino", y ha reclamado combatir conjuntamente las redes de tráfico de seres humanos y la trata de migrantes, así como las narrativas xenófobas y excluyentes: "debemos combatir la instrumentalización de la migración como excusa para repliegues nacionalistas y cierres de fronteras. Apelar al odio y al miedo al diferente, únicamente beneficia a quienes utilizan esta estrategia para obtener réditos políticos," ha afirmado.
El presidente ha concluido recordando que "el respeto de los derechos humanos y de la dignidad de las personas es un deber de todos," con independencia del estatuto jurídico del migrante, un principio que guía la política migratoria del Gobierno español: "no caigamos en el error de olvidar las lecciones del pasado. Los migrantes no son culpables, sino víctimas", ha dicho.