Nuestros mayores, nuestra historia LGTBIQ+
Las personas mayores LGTBIQ+ dentro de la lucha del colectivo, olvidados por la sociedad, marginados y excluidos por el simple hecho de ser y sentir.
Desde la Plataforma LGTBIQ+ de Ceuta, impulsada por Jóvenes de Comisiones Obreras, quieren reivindicar la historia de las personas mayores LGTBIQ+ dentro de la lucha del colectivo. Olvidados por la sociedad, marginados y excluidos por el simple hecho de ser y sentir.
La Plataforma nos recuerda que: Hasta 1979 la homosexualidad y la transexualidad eran perseguidas y condenadas en nuestro país. Además, la aparición del sida a primeros de los años 80, y su intencionada relación con la comunidad LGTBIQ+, contribuyó a estigmatizarles aún más. No fue hasta 1989 cuando dejan de ser un “delito de escándalo público” en el Código Penal.
En 1980, la transexualidad se incorpora por primera vez al ámbito sanitario y lo hace como enfermedad mental dejando a estas personas desamparadas ante cualquier tipo de protección y sin más asistencia sanitaria que la psiquiátrica.
En 1999, desde la sanidad pública andaluza, se comenzó a prestar atención a las personas transexuales, pero solo se produjo en esa comunidad autónoma. En el año 2007 se modificó la ley para poder adquirir un DNI que reflejara los datos acordes a su identidad.
La mayoría de personas trans nacidas a mediados del siglo pasado fueron cruelmente condenadas a penas de prisión, trabajos forzados o al internamiento en centros psiquiátricos, entre otras humillaciones. También sufrieron violaciones correctivas o terapias de conversión.
En el caso de los homosexuales, por mera supervivencia, optaron por realizar un “matrimonio forzoso” para escapar de la represión. Otros, pusieron en riesgo su salud y su vida, sometiéndose a tratamientos hormonales sin intervención sanitaria posible.
El mundo laboral para una persona trans era prácticamente inviable, siendo condenadas a vivir en la absoluta pobreza. Ante esta situación, la única salida para conseguir algún recurso económico fue el espectáculo o la prostitución.
La mayoría de aquellas personas son fantasmas en nuestra sociedad y en nuestra historia, ya que ni siquiera se tiene constancia de su lucha y superación.
En las relaciones familiares, las consecuencias tampoco fueron positivas. El rechazo y el maltrato, obligaron a estas personas a abandonar en solitario su domicilio o lugar de origen, sin recursos y sin atención sanitaria.
Hoy en día, la Plataforma hace constancia que “pese a los importantes avances conquistados en nuestra sociedad, no se debe bajar la guardia ante el discurso rancio, cuyo objetivo es silenciar la voz de la historia y de la libertad”. Y añade que, “hay quienes quieren ocultar años de abusos y violencia hacia el colectivo LGTBI. Esta nueva generación debe continuar la lucha de nuestros mayores, por los que fueron y no pudieron ser ni sentir”.
Desde la Plataforma LGTBIQ+ de Ceuta, agradecen a sus mayores su incansable lucha. Gracias a ellos, su colectivo dispone de derechos conquistados.