Sin Iglesias en el Ejecutivo, el acuerdo con el PSOE parece muy posible pero la batalla por los ministros es ardua
El vídeo en el que Pablo Iglesias responde a Pedro Sánchez anunciando "ponerse a un lado" para no ser obstáculo en las negociaciones entre Psoe y UP para asegurar la investidura del próximo 25 de abril, ha supuesto la cuenta atrás por un lado, pero también un paso adelante en unas negociaciones que estaban estancadas. Iglesias se retira, pero también quiere que la presencia de ministros de Podemos sea proporcional a los votos obtenidos. La realidad, es que se trata de la primera fuerza política ganadora de las elecciones, sentada a negociar con la cuarta fuerza. España respira aliviada, pero todavía los últimos cien metros serán una montaña rusa hasta el próximo jueves 25 de julio, fecha en la que el Gobierno debería quedar constituido. La buena noticia es que ambos juran que quieren llegar a un acuerdo y no demorar la investidura y formación de Gobierno hasta despues de verano.
Entre imposiciones y vetos está el el ansiado equilibrio de fuerzas. Hay juego y los ciudadanos, más aliviados que hace unos días, esperan que no haya vencedores ni vencidos. Que ganen cuarenta y cinco millones de españolas y españoles con la constitución de un gobierno, formado por el partido ampliamente ganador de las cuatro elecciones, como se ha hecho toda la vida y como se hace en el mundo entero, apoyado por su socio preferente para evitar que sea la derecha y la extrema derecha quienes se apropien de la victoria ajena.
Un gobierno sólido y estable también para desbloquear el país y hacer frente a una marcada agenda social y a los retos del presente inmediato, cambio climático, inmigración o recuperación del bienestar social para nuestro país. Ambas formaciones han comenzado la cuenta atrás y el punto de inflexión ha sido el vídeo de Pablo Iglesias, que además tiene muchas lecturas.
El nuevo mercadeo que se está dando en política, donde ya los apoyos no se aportan en virtud de la gobernabilidad estable y el sentido de responsabilidad de Estado, sino de los interés electorales y personalistas, es un hecho. Y en ese escenario -véase La Rioja- es donde se desarrolla el juego político actual. Como decimos, estos son los mimbres con los que hay que componer el cesto de un gobierno estable. Y no hay otros. Así que adelante. La ciudadanía se impacienta, y así lo entienden centenares de artistas y figuras de la intelectualidad que se han movilizado con un manifiesto de exigencia de entendimiento entre las dos únicas fuerzas que pueden formar gobierno.
Respondiendo a las explicaciones de Pedro Sánchez, Iglesias ha dado el primer paso a un acercamiento, y se ha quedado fuera del tablero aunque sigue moviendo sus piezas. Inmediatamente, las redes sociales, que es tanto como decir la opinión publicada, no sujeta a estrictas normas de intereses editoriales, pero también un tanto “panchovillista” se han desatado estos días. Cada horda, alaba las bondades de su líder. Del lado del socialismo,se han recordado las leyes aprobadas en sólo un año de gobierno, entre ellas Sanidad universal, lucha contra la pobreza infantil, contra la despoblación, fortalecimiento de la educación pública, atención a la Dependencia, subida del salario mínimo, pensiones, bono social energético, eliminación copado sanitario, ley de igualdad salario entre hombres y mujeres y un largo etcétera. Por el lado de Podemos, se adjudican que sin su apoyo esto no habría sucedido. Lo importante es que se haya hecho y esto tiene un sello: un gobierno socialista.
La cuestión es que con el paso al lado de Iglesias, el alivio nacional se ha dejado sentir hasta en la Tour Eiffel y en los Eliseos y la negociación para la única investidura posible, -la de Pedro Sánchez- parece haber quedado despejada. Pero todavía queda por delante un fin de semana de partida entre “duros jugadores de pocker, con cigarros, whisky, órdagos y apuestas fuertes". Como decía una alto cargo del PSOE, “no se si es la recta final, creo que es más bien una montaña rusa, pero llevaremos a España a buen puerto, de eso que no les quepa duda”. De momento, con este video ya les tenemos sentados en la misma mesa y negociando. Todo un éxito, que de antemano, el 26 de mayo, la mayoría, incautos de nosotros, habíamos dado por hecho. Acontecimientos como el de La Rioja, por citar solo uno y aligerar el relato, no se esperaban ni en las peores pesadillas.
El caballo de batalla ahora estriba en ver si “los nombres propuestos por UP son aceptados por Sánchez; y si los socialistas abren la mano de la generosidad y evitan vetos que suenen a excusas contra su socio preferente”. Delicadeza extrema, la política española en estas setenta y dos horas, está patinando por donde el hielo es más fino y se juega la vida. Es la hora de l cohesión generacional, La Familia lo primero, que diría Corleone. Se sientan los veteranos expertos con los bisoños que se creen que todo lo saben y que se pueden comer el mundo. Quien tenga mas sensatez que lo demuestre. Hará falta paciencia. Infinita paciencia para recorrer estos últimos metros de la montaña rusa.
La entrevista, cruda, bronca, como pocas veces se ha visto al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del pasado jueves en La Sexta fue implacable, por su claridad meridiana que dejó al desnudo, lo que el público ya sospechaba, que las cinco reuniones entre los dos líderes, Sánchez e Iglesias, Iglesias y Sánchez, habían transcurrido como un duelo de nombres y sillones por parte de los socios a incorporar. A Iglesias, le gusta mucho repetir esta frase: “tenemos que tener una negociación de iguales”. Y claro, toda España sabe que no son iguales. Las urnas, además, han dicho que no son iguales. El uno es presidente del Gobierno, y único aspirante que cuenta con posibilidades reales de seguir siéndolo, y el otro, es el líder de un partido descompuesto, en franca caída libre, que ha perdido casi la mitad de sus votantes en dos años y que es la “cuarta fuerza política en las urnas”. Pero, insistimos, son los mimbres que hay. No hay otros. Son imprescindibles para formar gobierno, como lo es, la única diputada podemita de La Rioja, Raquel Romero, para que la socialista Concha Andreu forme gobierno. Volvemos a la patinada por el hielo fino. Romero, con un escaño, quiere que Andreu, con 15 le mire de igual a igual.
Hoy todas las claves todos los analistas las extraen del video de Iglesias, que aunque supuso el gran alivio nacional, deja también mensajes evidentes y otros interpretables. Se retira pero exige que “no haya más vetos”. Exige que Podemos elija -e imponga- a sus representantes y que “tenga el peso proporcional a los votos”. Ahí tenemos otra madre del cordero. ¿Esto implica que UP tendría que tener casi la mitad de los ministerios?. De momento, fuentes gubernamentales han pedido discreción y una especie de “silencio se está rodando” se ha expandido como un mantra. España entera ha encendido velas para iluminar a los negociadores y que un faro de responsabilidad, como el viaje a Ítaca, les lleve a buen puerto. En Moncloa esperan que los nombres propuestos por Iglesias sean “asimilables”, y quieren dejar claras las propuestas de programas y contenidos para la legislatura. Ya hicieron esta oferta en un documento de 38 páginas que está en manos de Podemos.
Entre tanto, los responsables, PP y Ciudadanos, tampoco están por la labor de arrimar el hombro. Como tiburones, huelen una pizca de sangre, y esperan a ver si un desliz hiciera repetir las elecciones. Pero, como dicen los socialistas ahora se trata de dejar claro que “el presidente del Gobierno tiene la prerrogativa de formar su equipo y eso no es cuestionable, por lo que puede estudiar los nombres propuestos pero no aceptar imposiciones”. Sánchez saca pecho por los perfiles de alto nivel que eligió para su actual gobierno, y le gustaría seguir en esta línea. Veremos si Iglesias se lo permite. Fuentes de UP por su parte, pretenden vender cara la “renuncia de su líder”. Para ellos, esto implica colocar a Irene Montero, o Pablo Echenique, Rafa Mayoral. Alegando que en el Ejecutivo actual, Sánchez también mantiene a ministros de claro perfil político, Calvo, Abalos, Maroto, Montero, Borrell…No és això company, no ès aixó.