Confrontación interna en Unidas Podemos por desacuerdos con la decisión de Iglesias de abstenerse
Los cada vez menos "históricos de Podemos", que quedan dentro de la formación bajo el paraguas del lìder, excluyendo a Montero y Echenique, no entienden por qué Pablo Iglesias ha bloqueado un gobierno progresista. Una vez más. Las confluencias se dividen. El ala dura, Urbán, Rodríguez, Kichi, están contra Iglesias y prefieren un gobierno a la portuguesa. Los diputados de IU que forman parte de la coalición piden ya, que se comience cuanto antes un acuerdo programático con el PSOE que evite las elecciones, mientras que desde Valencia, Euskadi o Galiciainciden en que Pablo Iglesias tomó la única decisión posible, dada la tensión de las negociaciones y cómo el tiempo apremió y se echó encima después de haber perdido semanas con imposiciones personalistas de Iglesias a Sánchez, imposibles de aceptar.
El grupo Confederal de Unidas Podemos está formado por muchas corrientes regionales y distintas sensibilidades que quedan perfectamente visibles cuando hay que tomar decisiones transcendentales. Y bloquear por segunda vez en poco más de tres años un Gobierno liderado por Pedro Sánchez es, sin duda, una de esas decisiones que no cuentan con plena unanimidad.
La decisión de abstenerse en la investidura del líder socialista, tanto en la primera votación el 22 de julio, como en la segunda, el 25 de julio, ha originado que desde dentro de Unidas Podemos se eleven ya voces críticascontra esta postura defendida casi exclusivamente por Pablo Iglesias, Irene Montero y Echenique. El grupo parlamentario de UP está formado por 28 diputados de Podemos, 6 de En Comú Podem (la marca catalana), 6 de Izquierda Unida, 1 de Galicia en común y 1 de Equo.
Ya desde la celebración de las elecciones Anticapitalistas apostó por sentarse con el PSOE para poner en marcha un acuerdo programático que no necesariamente acabara con Podemos dentro del futuro Ejecutivo. Para este sector crítico, que es el mayoritario en comunidades como Andalucía, “la coalición no es la mejor forma, sino con políticas en la mesa”. Por eso siempre han apostado por una fórmula como la portuguesa que daría apoyo externo a un gobierno socialista pero sin entrar en él. De esta manera, afirman, no tendrían que cargar con la losa de defender aspectos que no comparten como la reforma laboral (el PSOE apuesta por modificarla y no por derogarla como pretende Podemos), la posición en Cataluña con el 155 o la denominada Ley Mordaza.
Ahora, tras la decisión del 25 de julio de bloquear la investidura de Sánchez, una vez más, Izquierda Unida también ha pedido abiertamente que se explore este camino y que se reinicien los contactos con el PSOE no para volver a insistir en el Gobierno de Coalición sino en poner en marcha cuanto antes un acuerdo programático que, finalmente, es lo que más interesa a los ciudadanos. Enrique Santiago, líder del PCE y uno de los diputados de IU es de la opinión que “no es indispensable entrar en el Gobierno, aunque sea desde luego lo que preferimos también en IU. Lo primero es fijar unos objetivos y luego ya los instrumentos para llevarlos a cabo”. A pesar de lo agrio que fue el debate entre las dos formaciones de izquierdas, Toni Valero, de IU Andalucía, considera que no debe ni puede ser un obstáculo para futuras negociaciones “el que haya habido gestos y discursos agrios no es motivo para que esté todo paralizado”, afirma.
No solo IU pide retomar el diálogo con la formación de Pedro Sánchez, el líder de los ecologistas de Equo, Juantxo López de Uralde, también asegura que lo primero debe ser el programa. Analizando lo ocurrido en los últimos días, reconoce que todo fue “muy duro” pero con más frialdad considera que “era misión imposible negociar en tres días lo que no se ha querido negociar en tres meses”. Para el futuro pide “ponerse de acuerdo en un programa de izquierdas”. Ambos obvian que el líder Iglesias, llevaba semanas hablando con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y dejando transcurrir las semanas al negarse a formar un equipo negociador de UP, y ni siquiera admitir los documentos programaticos aportados por el Psoe. Según fuentes socialistas han evidenciado, y no ha podido negar Podemos, no se decidió Iglesias entrar de lleno en la negociación hasta que UP no hubiera conseguido una vicepresidencia, que primero tendría que recaer en Iglesias, y después admitió que fuera nombrada Irene Montero, "como condición indispensable, antes de empezar a hablar nada".
Estas discrepancias con la dirección central de Madrid, está sucediendo también en los territorios con las diferentes corrientes del partido. No hay unanimidad a la hora de analizar lo ocurrido y para algunos el error fue mayúsculo mientras que para otros la importante decisión ha servido para unir a todos en torno a su líder Pablo Iglesias. En Cataluña, por ejemplo, la marca regional de En Comú Podem guarda en público un discreto silencio, -aunque Colau se ha mostrado partidaria de apoyar la investidura de Sánchez- pero por el momento, la posición oficial y pública la dio Jaume Asens en rueda de prensa y apostó por “no romper puentes” y hacer autocrítica de lo sucedido". En este territorio, la voz más autorizada es la de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona que tambien repartió culpas para el lado de los socialistas “por no haber mostrado mayor voluntad y firmeza para alcanzar un Gobierno de coalición”, pero dijo no “tirar la toalla” pese a las dificultades encontradas.
Sin embargo, hay otras regiones como Valencia, Euskadi o Galicia donde no se oponen frontalmente a la dirección central de Pablo, si bien, en Valencia, Compromís, hace tiempo que salió de la coalición morada precisamente por las discrepancias con el lider. El sector más oficialista de estos territorios, no se oponen a abstenerse ante la investidura socialista como consecuencia de no alcanzar el acuerdo. Antonio Estañ, de Unides Podem se inclina a pensar que “la negociación que ha planteado el PSOE ha unificado a la gente”, defende. Para el dirigente ‘morado’ lo que sí supuso un verdadero debate interno fue la situación del año 2016 donde aún estaba encima de la mesa el ‘sorpasso’ al PSOE. Pero ahora, con las distancias más claras, no se entiende una postura tan enfrentada, en general en los sectores críticos y en los menos críticos prefieren poner sordina para evitar que UP salta por los aires en plena época post electoral y con la formación de un Gobierno pendiente.
Con la repetición electoral de fondo y el mensaje de los socialistas de este pasado fin de semana en el que han dejado claro que la "según dictamina la Constitución, la candidatura de Sánchez tenía fecha de caducidad hasta el 25 de Julio" y que la oferta "real, sensata y generosa de gobierno de coalición con una vicepresidencia y tres ministerios de calado, también decayó este 25 de julio". Ahora hay que esperar a que el Jefe del Estado, don Felipe, vuelba a encargar al candidato ganador de las elecciones, si este se presenta que se da por hecho que si, para que haga una nueva ronda con los grupos políticos para intentar formar una Investidura que tenga los apoyos suficientes. Esto debe suceder antes del 23 de septiembre. Por ello, todos los grupos , salvo PP, Ciudadans y Vox, están por la labor de formar una candidatura con apoyos durante agosto. Los tres grupos de la derecha, tomado como estrategia bloquear la investidura y provocar la repetición de elecciones por si hay suerte y pueden formar gobierno entre ellos,
La pelota, dicen los socialistas, está en Unidas Podemos que debe reconfigurar sus filas y del debate interno debe salir una respuesta consensuada ante la difícil situación. Aunque todos oponinan que el bloqueo político no debe seguir por mucho más tiempo, la repetición de los comicios afectaría a todos negativamente y los españoles siguen esperando a que alguien plantee soluciones a sus problemas diarios. Además, en septiembre u octubre habrá debates serios que implican que España tome una decisión de calado, como el Brexit y la sentencia del procés catalán., y para ello España necesita tener un Gobierno en firme, y no en funciones como está ahora.