'Cualquier persona puede ser víctima de un delito de odio'
Las expertas Charo Alises y Silvia Dorado imparten el seminario sobre racismo y xenofobia que organiza Márgenes y Vínculos.
Cualquier persona, en algún momento de su vida, puede ser víctima de un delito de odio. Es una de las ideas expresadas por Charo Alises Castillo, abogada malagueña, en una de sus conferencias impartidas en el seminario on-line Globalización, etnicidad, migraciones, racismo y xenofobia en el mundo de hoy, que organiza hasta el miércoles 30 la Fundación Márgenes y Vínculos. Alises explica que hay grupos de personas más vulnerables frente a esta actividad criminal, pero que a todos nos pueden perjudicar los autores de estos delitos. Los más vulnerables son las personas con diversidad funcional que además sufren una imposibilidad física o psíquica para denunciar la gravedad de lo ocurrido; personas migrantes en situación irregular; personas sin hogar; personas de otro color, etnia o cultura; practicantes de otra religión minoritaria; homosexuales, lesbianas, bisexuales, o transexuales; o menores de edad.
Charo Alises distingue entre la víctima directa y la indirecta y diferencia tres clases de victimización. La primaria es el daño físico, psíquico emocional o material derivado directa o indirectamente del hecho delictivo. La secundaria se da cuando la víctima entra en contacto con el sistema jurídico penal en busca de ayuda y sufre las consecuencias de la mala praxis de quienes la atienden (Policía, Justicia, Administración en general) y le produce un sufrimiento añadido. Y la terciaria es la victimización del delincuente o autor de los hechos cuando la sociedad lo etiqueta o estigmatiza, generalmente de por vida.
Denunciar haber sido víctima de un delito de odio en España tiene sus dificultades, explica Alises, que añade: Sólo un 10 por ciento de las víctimas lo denuncia. Y estas son las razones: desconfianza en la Policía y la Administración de Justicia, ignorancia de dónde, cómo y qué denunciar; el paso del tiempo antes de denunciar; el temor a represalias, o que no se le dé credibilidad al testimonio de las víctimas. La abogada añade que hay personas que no denuncian porque desde niños están tan acostumbradas a recibir insultos, amenaza o agresiones que no creen que vaya a servir para algo.
Charo Alises resalta, entre todas, una de esas dificultades: que la Policía y la Administración no actúen de oficio, es decir, que esperen a la denuncia de la víctima
El aumento de los delitos de odio es una de las consecuencias de la globalización que hoy domina las sociedades del mundo. Es una de las ideas expuestas por la otra conferenciante del seminario, Silvia Dorado Nogueras, antropóloga social y cultural y trabajadora social en Granada. Dorado admite que hoy no hay una ocupación política y militar de los territorios, al estilo del África colonizada por los europeos.
“Ahora las que colonizan son unas redes controladas por empresas trasnacionales (…) Es una forma diferente de seguir explotando a los pueblos y sus culturas a través de la apropiación de sus recursos y sus riquezas. Ahora se hace de una manera diferente, pero se sigue usurpando su economía, sus lenguas y sus culturas”.
Esta explotación aumenta la desigualdad y provoca crisis que en todos los países han hecho aflorar unos discursos políticos montados y alentados por los grupos dominantes que, para perpetuar sus ventajas y privilegios, culpan de ella a los chivos expiatorios propios de cada lugar. Éste es el origen de los fascismos actuales. Su discurso hace olvidar a la gente que su yo es interdependiente con el otro, que sin el otro no existe el yo, cultiva el miedo de las personas y hace creer a los ciudadanos/as que en el otro sólo está el enemigo: el extranjero, el diferente, el pobre, el discapacitado.
Silvia Dorado lo explica así:
“Son partidos configurados por élites, tecnócratas y poderes supranacionales para concienciar, movilizar a la gente y que rechace al otro, al que es señalado como el que pone en peligro lo nuestro, para que la propia población se enzarce entre ella y ellos sigan con sus privilegios y que nadie se los quite”.
Dorado añade otra idea que desmonta en los hechos toda la falsa palabrería del discurso del odio: “No nos gusta reconocer y aceptar que dependemos de personas que vienen de otros países para sustentar el nuestro. Cuesta trabajo asumir que dependemos económicamente de ellos. El ámbito de lo doméstico, las personas mayores y dependientes, y la agricultura están completamente sostenida por las personas migrantes”.
La antropóloga concluye con datos terribles del sufrimiento que pasan hoy millones de personas forzadas a la migración en la Tierra: “La explotación y la violencia son las consecuencias más graves del tránsito en la migración. Unos 220 millones de personas constituyen hoy el flujo migratorio en el mundo. El 70 por ciento sufre explotación y violencia en el viaje entre su país y su destino, en los procesos de tránsito. Pasan un horror”. Dorado asegura que los niños y niñas son las personas más vulnerables en este proceso junto con las mujeres, que son sistemáticamente violadas en el periplo migratorio.
El seminario organizado por Márgenes y Vínculos ha tenido sesenta matriculados de toda España. Las docentes han impartido sus conferencias a través de la plataforma Zoom Webinar y los asistentes han hechos sus preguntas y comentarios a través del chat. La alta participación y el interés mostrados por el alumnado demuestran la necesidad de desarrollar más actividades formativas que traten estos temas. La última sesión está prevista para el miércoles 30 a las 17.00 horas. Silvia Dorado hablará sobre El discurso tóxico del racismo y la xenofobia ante las epidemias. Una perspectiva desde la antropología.
El seminario está organizado por el proyecto de intervención socio-jurídica y educativa en materia de extranjería Prointegra que desarrolla Márgenes y Vínculos en Algeciras con la financiación del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y de la Unión Europea a través del Fondo de Asilo, Migración e Integración.