El Prado cede al Museo del Revellín una obra mitológica de Rubens
Este martes (7), ha tenido lugar en el Museo del Revellín de San Ignacio la presentación del lienzo ‘Hércules matando al dragón del jardín de las Hespérides’, obra del pintor Pedro Pablo Rubens, cedida temporalmente por el Museo del Prado, enmarcada en la iniciativa ‘El arte que conecta’, la cual está concebida con un doble objetivo: acercar obras de la prestigiosa pinacoteca a toda la ciudadanía y conmemorar el centenario de la compañía Telefónica.
El cuadro permanecerá expuesto hasta el 2 de junio, pudiéndose visitar de martes a sábados de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas, y domingos más festivos de 11.00 a 14.00 horas.
“El Museo Nacional del Prado es de todos los españoles, por lo tanto, estar en Ceuta da sentido a eso y constituye una satisfacción personal e institucional. Nosotros estamos en Ceuta y Ceuta no es menos que nadie para el Prado, por eso hemos traído un magnífico Rubens, que constituye uno de nuestros baluartes”.
Ha este acto, ha asistido el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, acompañado por la consejera de Cultura, Pilar Orozco, la directora general de Patrimonio Cultural, María Teresa Troya, y la jefa del Servicio de Museos, Ana Lería.
La consejera de Cultura, ha valorado la importancia de esta cesión, la que supone un “honor” que:
“Iniciativas como esta nos sentimos mucho más conectados con nuestro país”.
El director de la Administración Pública Sur de Telefónica España, Rafael Expósito, se también se ha mostrado “orgulloso y satisfecho” de poder estar Ceuta, ciudad con la que se mantienen proyectos “muy relevantes”.
La obra mitológica elegida es de los últimos cuadros pintados por Rubens entre 1635-1640 y representa el onceavo trabajo de Hércules que le ordeno Heracles: hacerse con las manzanas de oro de las Hespérides.
Las Hespérides, es un jardín vigilado por el dragón Landón y custodiado por ninfas de cuyos árboles nacían manzanas de oro que proporcionaban la inmortalidad. Hércules tiene que vencer a Landón, al cual, golpea con una maza. Ese es el momento elegido por Rubens, donde también vemos un jardín con parcelas y árboles que su perspectiva da profundidad a la obra. El rostro de Hércules muestra una gran fuerza, trabajado a través de fuertes pinceladas típicas de su última etapa, muy sueltas de color que modelan la cara. Parece que en esta obra prescindió de la colaboración del pintor flamenco de animales y bodegones, Snyders, para la realización del dragón.