Entrevista a Jesús Melgar sobre su nuevo libro “El Loco”
“El Loco” nuevo libro de Jesús Melgar, una biografía no consentida ni autorizada sobre Jesús Quintero, uno de los mayores mitos de todos los tiempos en radio y televisión de habla hispana.
Quintero, descrito como nunca en este libro; mesiánico, defensor de ángeles caídos, un “anti-sistema” en los momentos más difíciles del panorama social y político de la época, defensor de causas dudosamente conseguibles, admirado y envidiado por todos. Un fenómeno comunicador irrepetible.
En “El Loco”, Jesús Melgar da a conocer la gran personalidad de Jesús Quintero, su sentir durante y después de los programas, su preocupación por los demás, el modo inigualable en sortear la comprometida situación social y política del momento en una inclinación más bien “anti-sistema”, la habilidad con recursos limitados y mucho ingenio para lograr presentar un programa de máxima calidad, del cómo le habría encantado tener las virtudes de esa especie de “Mesías” que anunciaba a través del micro. Mecenas, soñador con proyectos eternos en su mente. Generalmente se mostraba solidario -una especie de Quijote- y defensor de causas dudosamente conseguibles. Un Quintero que no simulaba entrevistar y mostrar su admiración por los ángeles caídos que subían a la colina. Es, a su vez, un libro destinado tanto a jóvenes como a generaciones más veteranas donde expone su complicidad con el mensaje de El Loco.
¿Cuánto tiempo llevas escribiendo? ¿Cuánto tiempo te ha llevado escribir esta obra?
Soy periodista y comunicador, por lo que estoy familiarizado y vivo en cierta manera de la escritura. En el caso de éste libro “El Loco”, primero reuniendo documentación y luego, con la redacción propiamente dicha, habré empleado, aproximadamente, unos siete meses. Aunque, lo importante ya contaba con ello: la experiencia de trabajar como productor del protagonista, subdirector de sus proyectos y guionista de algunos de sus espacios.
¿Qué es lo que más destacarías de tu libro?
Es un reportaje extenso sobre un mito sociológico: el programa “El Loco de la Colina”, que cautivó a toda una generación de oyentes en nuestro país y otras audiencias latinoamericanas, donde también triunfó de forma clamorosa. En cierta manera, dar a conocer algunos detalles de la personalidad del admirado o controvertido Quintero. Por ejemplo, ¿sabían que él podría haber sido el protagonista del film de los “Monty Python” o “La vida de Brian”?, ¿que el famoso “Perro Verde” de su programa de TVE no era ni perro ni verde?, o ¿que fue mánager de Paco de Lucía?
¿A quién va dirigido?
En primer lugar a sus muchísimos admiradores, que ya han mostrado su impaciencia por leerlo y también a los profesionales de los medios radiofónicos y televisivos para acercarles al entramado de productos exitosos y finalmente, es un ejercicio de reconocimiento a quien aportó una manera nueva de comunicar en el momento más necesario; el cierre de una dictadura y el paso a la democracia con lo que implica ello de apertura de mentalidades y nuevas situaciones.
¿Qué te ha inspirado para escribirlo?
Dejar huella de la propia experiencia de participar en proyectos novedosos, avanzados, aventureros, ilusionantes y desgraciadamente irrepetibles.
¿Qué se va a encontrar el lector en tu obra?
Un formidable prólogo de Juan José Téllez, un no menos atractivo epílogo de Javier Caraballo y entremedio, la estela radiofónica y televisiva de un comunicador que paradójicamente, triunfó con sus silencios, pero desengáñese aquel que se acerque a este libro buscando solamente una hagiografía. “El Loco” contiene también su sal y pimienta para que su lectura resulte más sabrosa.
¿A quién va dirigido tu libro? ¿Qué opinas que sólo Quintero esté en el recuerdo de quienes ya han cumplido un determinado número de años?
No sólo lo escribí para deleite de abuelitos canosos, sino también (posiblemente de manera ingenua) para despertar el interés en aquellos que no conocieron un antes y un después en el lenguaje radiofónico. En El Loco de la Colina creo que hay un buen almacén de podcast muy ilustrativo y con sustancia.
¿Cómo era tu relación profesional con Quintero?
Con Quintero me unió más que la profesión: la complicidad en el mensaje.
¿Qué pasaba cuando terminabais el programa?
Jesús Quintero encarnaba al avatar de El Loco. Y, creo que le habría encantado tener las virtudes de ésa especie de mesías que anunciaba a través del micro. Quintero tenía mucho de El Loco y viceversa.
¿Cómo reflejas en tu libro a Jesús Quintero?
El Loco comenzaba a considerarse más árabe —del esplendoroso reino Andalusí, o sea, creativo, mecenas, soñador, con proyectos eternos en su mente— que fenicio — así llamaría más tarde a un productor televisivo solo pendiente de las alforjas de sus beneficios. A Quintero lo considero más solidario y benefactor de causas sociales…, generalmente se mostraba solidario y, como Quijote, defensor de causas dudosamente conseguibles y además no lo simulaba, especialmente, al entrevistar y mostrar su admiración por los ángeles caídos que subían a la colina. Más de una caja de resistencia en huelga obrera ha conocido su aportación.
¿Tuvo el suficiente apoyo financiero para sus programas?
Entiendo que, si te cogió por medio en una gestión empresarial, la cornada podía ser de femoral y, por lo tanto, grave. Pero ese Jesús Quintero meditativo, grave, solemne, riguroso, esteta, a la hora de transmutarse en empresario, no tenía los códigos ni los recursos de un lobo de Wall Street precisamente. Y sus proyectos artísticos desmesurados tropezaban con su inmadurez de espíritu para lo material. Creo que él siempre pensó que la sociedad debía ser mecenas de sus creaciones.
¿Cuál podría ser la inclinación ideológica que pretendía dar el programa en ese contexto social y político de aquel momento?
Era más bien un iniciador del movimiento “anti-sistema”. Fueron años aquellos de El Loco un hervidero de ansias de libertad tras el corsé de la dictadura franquista y toda una generación estaba deseosa de cambios sociales y en sus vidas cotidianas. Y ése soplo el personal lo percibía cada madrugada con cierto aire hippy, contracultural e inusual entonces. Algo parecido a las flores en el pelo en San Francisco o el concierto de Woodstock pero con sevillanas maneras.
¿Qué añoras de la radio y tv de aquella época con Quintero?
Un equipo muy compacto y cómplice. Unas músicas enervantes y evocadoras. Unos textos muy bien escritos y dichos. La ilusión de unos oyentes muy receptivos. El descubrimiento de universos ricos a través del confort de los invitados…
Con la perspectiva del tiempo y desde fuera, ¿cómo has vivido el declive de Jesús Quintero?
No ha sido agradable, pero, por otro lado, conociendo el actual mercado de los medios, lo entiendo. Pero creo que Jesús ha sabido entrar una vez más en su concha y protegerse del chaparrón. Este libro pretende ser un poco desagravio de ese “acoso y derribo”.
Siendo un referente en la comunicación, ¿cómo resulta tan difícil tener la posibilidad de escuchar íntegramente las entrevistas de El Loco?
En su pueblo, San Juan del Puerto, está la fundación en la que podemos encontrar todo ese material. Creo personalmente que debería liberarse el derecho de libre emisión, especialmente para que los más jóvenes disfruten de esos programas. Pero, ay, poderoso caballero es Don Dinero y de ahí, posiblemente, vengan los desacuerdos.
Quienes por su juventud no conocieron sus programas, ¿qué crees que pueden pensar si las oyesen? ¿Les resultaría mas bien artificial?
Puede ser. Pero el contenido global (mensaje, tono, música, intencionalidad, confesionalidad, personajes, etc.) no creo que resulte almibarado, sino potente y atractivo.
¿Qué supone Ceuta para tí en su presentación en sociedad?
En Ceuta encontré unos grandes profesionales de la comunicación, una ciudad que me acogió con mucho cariño he hice grandes amistades. Voy con asiduidad a la Perla del Mediterráneo y siempre que vuelvo me emociono muchísimo de la alegría.
Un buen escritor siempre se rodea de otros grandes profesionales cuando lleva a cabo su obra. ¿Qué compañeros han aportado su granito de en tu libro?
Hay una colaboración que agradezco especialmente: la ofrecida por el ex-director de fotografía de El País y también director del Instituto Andaluz de la Imagen, Pablo Juliá, que ha ofrecido imágenes valiosísimas de su archivo. Así como los fotógrafos Kiki de Cádiz y Miguel Ángel del Águila de Algeciras, los archivos fotográficos de la SER y RNE y a uno de los mayores “popes” de radio en nuestro país, Gorka Zumeta, cómplice en la promoción de la obra.
¿Qué les va a decir a quienes se acerquen a comprar tu libro y les firmes una dedicatoria?
A todos los lectores, tanto a quienes les pueda firmar el libro, como aquellos que lo compren, les diré que yo he disfrutado escribiéndolo, pero que deseo que ellos lo disfruten mucho más con su lectura.
¿Qué has puesto en la dedicatoria del libro que le has dado a Jesús Quintero?
Al maestro le he ofrecido el primer ejemplar salido de las máquinas con una dedicatoria especial por las experiencias compartidas y mi agradecimiento por el aprendizaje que me supuso trabajar junto a él.