Muere un soldado. AUME: "La obsesión creciente de la competitividad militar, dan como resultado gran incidencias de bajas médicas y hasta de muertes"
AUME insta al Ministerio a regular estrictamente: las prácticas deportivas o pruebas físicas y los necesarios controles médicos.
Muere un soldado de 43 años, del Regimiento 'Inmemorial del Rey' nº1, durante una jornada de instrucción continuada, en el Cuartel General del Palacio de Buenavista de Madrid. Según publica ‘El Periódico’, <<este ejército ha informado que el fallecimiento del soldado ha sido por causas naturales tras un desvanecimiento al encontrarse indispuesto cuando iba a realizar unas prácticas de defensa personal, dentro de la jornada continuada. El fallecido no respondió a la reanimación del 112>>.
Según publica La Razón, <<la Unión de Militares de Tropa (UMT) asegura que era Apto con Limitaciones 4. Fuentes del Ejército de Tierra aseguraron que si el soldado se encontraba en dicha jornada de instrucción continuada es porque su limitación no se lo impedía. Sin embargo, en el propio Regimiento muchos también se preguntan por qué alguien de 43 años con problemas cardíacos participaba en esa instrucción continuada y no dudan en hablar de “negligencia del mando”>>. Puntualizamos que un APL5, no es apto para el servicio.
Tras este suceso, AUME eleva al Ministerio su preocupación, así como la de la inmensa mayoría de los militares por la alta incidencia de accidentes y defunciones por motivo de prácticas deportivas que se encuentran al margen de lo establecido en la ley.
La práctica deportiva en las unidades, la realización de pruebas físicas, así como los test de evaluación física, han de estar sometidos estrictamente a lo regulado sobre esta actividad y han de tener un control médico riguroso atendiendo a las distintas situaciones del personal.
Se hace necesaria una reflexión seria y en profundidad sobre el ejercicio físico en las Fuerzas Armadas, parámetro fundamental en la exigencia que la profesión militar impone. Los incidentes graves que periódicamente se producen, algunos con consecuencias nefastas, llaman a una reforma de la actual normativa.
La Ley de la carrera militar establece que se regulen las aptitudes físicas mediante pruebas periódicas sin fijar la obligatoriedad de la realización de práctica deportiva, aunque sí hace un llamamiento a que se fomente, por parte del Ministerio de Defensa, la educación física y la práctica deportiva. Siendo muy distintas las necesidades de preparación física según los puestos militares y el requerimiento en los mismos, bien sea por el tipo de unidad o por un trabajo específico del puesto, resulta del todo necesaria una regulación de la educación física y la práctica deportiva, con el objeto de la preparación y de la superación de los test psicofísicos necesarios para medir las mínimas condiciones para el desempeño de cada puesto, así como para las prácticas físicas que en general realizan las unidades.
Una regulación que debe de atender a la naturaleza del puesto y a las condiciones personales (distintas capacidades) y sujeta a un estricto control médico, así como control profesional de la práctica deportiva haciendo uso de los conocimientos y la dirección de los diplomados en educación física.
La falta de una regulación y la obsesión creciente de la competitividad en las unidades sin un estricto control por profesionales tanto en la práctica deportiva como en los -que debieran ser- preceptivos controles médicos, dan como resultado una gran incidencia negativa de bajas médicas y hasta de muertes.
Es necesario atajar esta deriva negativa y por ello AUME insta al Ministerio a una nueva regulación estricta de las prácticas deportivas o pruebas físicas, así como de los necesarios controles médicos preceptivos.