Militares, marineros y Guardia Civil recuerdan a sus caídos que dieron su vida por España
Se honró la memoria del comandante Ramón Jáudenes en su mausoleo, presidiéndolo el Jefe de Estado Mayor de la COMGECEU, acompañado por una familiar del finado.
Este sábado 2 de noviembre, Día de Difuntos, la Comandancia General de Ceuta (COMGECEU) conmemoró el “Día de los que dieron su vida por España” en el cementerio Santa Catalina de nuestra ciudad.
Previo al acto central, se honró la memoria del comandante Ramón Jáudenes en su mausoleo, presidiéndolo el Jefe de Estado Mayor de la COMGECEU, acompañado por una familiar del finado.
El comandante Jáudenes fue nombrado en 1879, Jefe del Estado Mayor de la Comandancia de Ceuta, siendo el primero en ostentar dicho cargo. Además de la elaboración de importantes informes de índole política y estratégica sobre la situación e intereses de las potencias europeas en la zona del norte de África, su actividad cartográfica fue prodigiosa e imprescindible para posteriores operaciones. A su carisma personal, aunó el valor de sus informes como herramienta para salvaguardar los intereses de España en la zona. Falleció en 1884 como consecuencia de una enfermedad contraída durante el desarrollo de sus trabajos.
Posteriormente y presidido por el Comandante General de Ceuta, Luis Cebrián Cabonell, acompañado por los jefes de unidad, suboficiales mayores y comisiones, se ofrendó ante el monolito que recuerda a los caídos en la Guerra de África, una corona de laurel. Después de un responso, se entonó la plegaria “La muerte no es el final”, finalizando con el toque de oración interpretado por la unidad de Música de la Comandancia General de Ceuta, con la participación de todos los guiones de las unidades de la COMGECEU. Finalmente se depositó una corona de flores a los nichos donde están depositados los restos de los caídos en las campañas de Marruecos.
La ‘Muerte no es el final’, son tres estrofas de la canción góspel de Cesáreo Gabaráin, del álbum ‘Al atardecer de la vida (1991)’.
Anteriormente al acto central, la Legión recordó con un sencillo homenaje a sus caídos y posteriormente cada unidad rindió recuerdo a los suyos en diversos lugares ubicados en el cementerio. El más trascendental es el de Regulares y Caballería, que comparten mausoleo y los honran con un acto a los caídos depositando una corona en la cripta, donde hay un arcón funerario que contienen los restos de los militares de Caballería cuando estos formaban parte de los Grupos de Regulares, finalmente entonan el Himno de Regulares. Este acto no se pudo llevar a cabo a consecuencia de la lluvia.