Se hace cargo del Tabor “Tetuán” de Regulares el teniente coronel Vargas
Hoy jueves 8 de septiembre, en el acuartelamiento González Tablas, cuartel del Grupo de Regulares de Ceuta número 54 (GREG-54), ha tenido lugar un sencillo pero emotivo acto de relevo de mando.
El teniente coronel, Víctor Arturo Fernández Vargas, ha relevado en el mando del tabor al teniente coronel, Emilio Moreno Monje, que ha pasando destinado al Cuartel General de la Comandancia General de Ceuta.
Una parada militar presidida en ausencia del COMGE accidental, por el coronel jefe del GREG-54, José María Moro Sanjuán. Durante la secuencia de la toma de posesión del Tabor “Tetuán” I/54, se leyó la lectura de la resolución del nombramiento, primer discurso el teniente coronel Fernández, se procedió al homenaje a los caídos y se finó el acto con el desfile de las unidades participantes.
El teniente coronel de Infantería, Víctor Arturo Fernández Vargas, nació en Huelva hace 46 años. Ingresó en la Academia General Militar en 1997 y en 2002 fue promovido al empleo de teniente de Infantería de la LVII Promoción.
Desde el 2016 es Diplomado en Inteligencia de las FAS. Así mismo, ha realizado otros cursos nacionales e internacionales, destacando el de Paracaidismo, el Avanzado de Inteligencia y Seguridad, el Conjunto de Medios de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento y el de Asesor de Género en Operaciones.
En enero de 2022 fue promovido al empleo de teniente coronel y en junio le fue asignado el mando del Tabor “Tetuán”, donde ya estuvo de teniente en 2002.
Ha participado en tres misiones de Naciones Unidas (UNIFIL), y otras dos en la Operación de Apoyo a Irak para la derrota del DAESH.
Aparte del tema de valores y moral..., que encierra un discurso militar, lo más destacable como tema de sociedad, es que, Vargas en su primer destino que vino a Regulares no lo conocía y a través de lecturas que le arrojaron grandes hazañas y hechos heroicos calaron profundamente en él y volvió a sentir la emoción, alegría, fortuna, y sobre todo un tremendo orgullo y honor de volver a servir en esta gloriosa unidad, la más condecorada del Ejército de Tierra.
A su compañero saliente le transmitió su buena labor en su mandato señalándole que, “Solo hace falta ver los ojos de admiración de todo el personal del Tabor que ha estado bajo tus órdenes”.
Aseguró que su acción de mando se basará en cuatro líneas de acción las cuales considera fundamentales, como seguir manteniendo alto el prestigio y el buen hacer de la unidad; continuar con una buena preparación tanto física como de instrucción y adiestramiento; perseverar en emplear eficazmente todos los medios y sistemas de armas con los que está dotado el Tabor y mantener una moral alta.