Ofrenda nacional al apóstol Santiago, santo patrón de España
A su llegada, los reyes, la Princesa de Asturias y la infanta Sofía recibieron los saludos del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, el alcalde de Compostela, Xosé Antonio Sánchez Bugallo, entre otras autoridades estatales, locales y militares.
Felipe VI, recibió en la plaza del Obradoiro los honores de ordenanza. A continuación, el Rey pasó revista a la formación acompañado del general jefe de la Fuerza Logística Operativa.
Una vez finalizada, don Felipe se despidió de la bandera y posteriormente junto a la Reina, la Princesa de Asturias y la infanta Sofía se dirigieron al centro de la Plaza del Obradoiro donde recibieron saludos de otras autoridades.
Seguidamente, la familia real se dirigió al Pórtico de la Gloria para acceder a la catedral. Precedidos por el arzobispo de Santiago de Compostela, se dirigieron al presbiterio donde ocuparon su lugar para la celebración de la ceremonia religiosa.
Tras la lectura del Evangelio, el Rey dirigió unas palabras como ofrenda al apóstol Santiago donde destaco:
"La Corona cumple, en este Día de Santiago, con una tradición muy querida que mantiene desde 1643, en tiempos de Felipe IV, y que se adapta a los tiempos sin dejar de respetar y perfeccionar su esencia. De ahí, nuestro compromiso con esta ofrenda en el día que celebramos el Santo Patrón de Galicia y de España".
En sus palabras, don Felipe, también solicitó que:
"Además del agradecimiento al Apóstol por su protección, le pedimos ayuda para que nuestro país dé los pasos correctos en esta etapa del camino no exenta de obstáculos. En cada español hay un peregrino que, en compañía de sus compatriotas, de nuestros hermanos europeos y de tantos otros de muchos lugares del mundo, pondrá ─como de costumbre, como siempre─ toda su voluntad para superar las adversidades que se le presenten; para superar su propio y personal Pórtico de la Gloria".
Finalizadas las palabras del Rey, la misa prosiguió con la homilía por parte del arzobispo de Santiago.
La ceremonia religiosa continuó con la comunión, tras la cual, la familia Real se dirigió al altar ante el sagrario y los ornamentos de plata que acogen y adornan la estatua del apóstol Santiago.
A continuación, los Reyes, la Princesa de Asturias y la infanta Sofía regresaron a sus asientos para que la ceremonia religiosa siguiera con el tradicional volar del botafumeiro (incensario echa humo) o turíbulo, por parte de los tirabolerios. La misa finalizó con la bendición apostólica.
Acto seguido, la familia real abandonó el interior de la catedral para dirigirse al balcón de la fachada principal desde donde observaron el salto de dos miembros de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo que descendían con las banderas de España y de Galicia.
Posteriormente, se dirigieron a la plaza del Obradoiro donde mantuvieron un encuentro con los expedicionarios de la Ruta Quetzal y su responsable, Íñigo de la Quadra-Salcedo, que retoma la actividad con la expedición "Traslatio" que conmemora el Año Santo y se centra en el viaje final de los restos del apóstol Santiago.
A continuación, se dirigieron junto a la obra "Bolboreta" (mariposa) donde recibieron el saludo de su escultor, Manuel Paz.
Para finalizar su visita a Santiago de Compostela, la familia real se dirigió al pazo de Raxoi, sede del Ayuntamiento de Compostela y de la Presidencia de la Xunta de Galicia. Allí, firmaron el libro de oro de la ciudad y seguidamente mantuvieron un encuentro con los miembros del Gobierno de la Xunta, la corporación municipal de Compostela y los alcaldes del grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad.
La ofrenda al apóstol es una ceremonia instituida en 1643 por Felipe IV y a lo largo de los años se mantuvo la tradición de que reyes, jefes de Estado o personalidades con las más altas responsabilidades invocaran al patrón de las Españas los beneficios divinos para las tareas humanas.