Decepción en el Pleno del COPERFAS para adecuar los salarios de las FAS
El Pleno Extraordinario del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS), ha sido un rotundo fracaso en lo que respecta a las expectativas de los militares sobre la mejora de sus retribuciones. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha vuelto a delegar la presidencia del Pleno en la subsecretaria de Defensa
Tres años atrás en marzo del 2021, cuando forzada por las Asociaciones Profesionales Militares ASFASPRO, AUME, ATME y UMT, la ministra, tuvo que dar la cara en una sesión plenaria del COPERFAS sobre retribuciones, para informar de la modificación del actual RD 1314/2005 de Retribuciones Militares.
Los militares españoles son los servidores públicos peor pagados, situación que provoca una fuga hacia otros cuerpos y fuerzas de seguridad, como la Guardia Civil o la Policía Nacional.
Pues bien, tras tres años que han pasado en blanco a base de limosna retributiva, traducida en incentivos esporádicos en las nóminas de los militares. Las palabras de compromiso de la titular de Defensa han quedado en palabras huecas y vacías de contenido, cuando decía que:
“De la existencia de un compromiso del Gobierno por avanzar, en la medida de lo posible, en la mejora retributiva de los militares”.
Las asociaciones antes mencionadas, han podido comprobar que, los militares no son tan importantes para la ministra como para presidir el Pleno del COPERFAS, donde se escucha la voz de todos los militares, sin distinción de empleos y escalas, cuando se pedía pedía justicia retributiva para el colectivo militar, y se han encontrado con un folio en blanco como propuesta retributiva del ministerio al colectivo militar, los que, ya no llegan fin de mes con las retribuciones actuales.
Ya no basta que las asociaciones den voz del colectivo militar sobre la mejora retributiva. Las asociaciones dicen que, “ya no es suficiente”: trasladar a los diputados propuestas de mejoras; que el Observatorio de la Vida Militar recomiende que se actualicen las retribuciones; que el personal huya hacia otros cuerpos en busca de un salario digno.
Todo esto “no es suficiente”: que el gasto de miles de millones del ministerio en compra de material, invierta en “su mayor valor, sus componentes, los militares”.
Fracaso, desolación, desilusión, falta de motivación, instaurada en las mentes y el ánimo de un colectivo que según las asociaciones:
“Día a día se les va arrinconando más, y su única salida es abandonar las Fuerzas Armadas, para al menos tener una opción de futuro, tanto profesional como personal, para él y sus familias”.