Raíces históricas de la Pastoral con los militares

El Arzobispado Castrense de España, del cual el Arzobispo Castrense es Obispo propio, tiene unas raíces históricas tan antiguas como el mismo Ejército y su razón de ser en la solicitud que siempre ha tenido la Iglesia por ofrecer asistencia espiritual a los militares. En efecto, estos constituyen un grupo social que, por la naturaleza de su estado y por las condiciones peculiares de su vida, necesitan una concreta y específica forma de asistencia espiritual. Esto ha sido siempre así. El mismo Concilio Vaticano II, en la Constitución «Christus Dominus», habla de la especial solicitud que se debe tener por el cuidado espiritual de los soldados.

La historia medieval recoge la presencia del sacerdote que asistía religiosamente a las tropas. La asistencia era circunstancial porque los ejércitos no eran permanentes. Al hacerse estos permanentes, surge el soldado profesional, habitualmente separado de su diócesis. Es entonces cuando el Sacerdote se verá incorporado de manera definitiva a la milicia. En 1532, al organizarse los Tercios españoles encontramos al Sacerdote que vivía en su Tercio y lo acompañaba a todas partes, aunque sin estar adscrito a una organización o jurisdicción eclesiástica peculiar para el ámbito militar.

La Jurisdicción Eclesiástica específicamente Castrense y exenta existe en España desde la primera mitad del siglo XVII. Se rige por Breves Pontificios que progresivamente van determinando esta jurisdicción. En 1645 el Papa Inocencio X concede a los Vicarios del Ejército, jurisdicción sobre los Capellanes en quienes delegaba sus facultades y sobre los militares que estuvieran fuera de sus respectivas diócesis y por el tiempo que durasen las guerras. En 1705 se creaba un Vicariato único para todos los ejércitos españoles. En 1736 el Papa Clemente XII extiende la jurisdicción del Vicario General Castrense a todo tiempo, en guerra y paz.

El Rey Carlos III realizó una profunda reorganización del Ejército y la Marina que afectó también al Vicariato. A petición del rey el Papa Clemente XIII en un Breve de 10 de marzo de 1762, da nueva forma jurídica al Vicariato, teniendo el Vicario General Castrense facultades de Obispo diocesano. Una forma que se mantendrá hasta 1933 declarando súbditos de la jurisdicción castrense «a cuantos militares bajo la bandera del Rey Católico por mar o por tierra, y viviesen del sueldo o estipendio militar, así como a todos los que, por legítima causa los siguiesen».

La jurisdicción castrense, aunque sufriendo los avatares ocasionados por los cambios políticos-militares, persistirá hasta 1932 y su actividad cesará durante unos años, reiniciando su actividad en 1940, quedando totalmente reorganizado en 1945. Finalmente, el 3 de enero de 1979 se establece entre la Santa Sede y el Estado Español un nuevo Acuerdo sobre la «Asistencia Religiosa a las Fuerzas Armadas y Servicio Militar de Clérigos y Religiosos», que está en vigencia actualmente.

Con estas transformaciones a través del tiempo podemos definir esta diócesis una parte del pueblo de Dios, que es confiada al cuidado pastoral de un obispo con la cooperación de su Presbiterio. Obispo, con los mismos derechos y obligaciones de cualquier otro obispo.

La jurisdicción del Obispo Castrense es personal, se ejerce sobre las personas pertenecientes al obispado, aun cuando se encuentren fuera de las fronteras de la nación.

ORGANIZACIÓN DEL ARZOBISPADO CASTRENSE COMO DIÓCESIS PERSONAL

La organización del Arzobispado Castrense de España se establece en los Estatutos a los cuales se remite la Constitución Apostólica «Spirituali Militum Curae». Dichos Estatutos son aprobados por la Santa Sede el 14 de noviembre de 1987; son un complemento o aplicación de la Constitución Apostólica y al mismo tiempo recogen los contenidos del Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado Español de 3 de enero de 1979 sobre la asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas.

Fundamento de la Asistencia Religiosa a las Fuerzas Armadas

El fundamento de la Asistencia Religiosa a las Fuerzas Armadas, libre de connotaciones de confesionalidad, se basa en el derecho de todo ciudadano a ser atendido por los ministros de la Confesión religiosa correspondiente a sus convicciones personales, partiendo de una valoración positiva del fenómeno religioso por parte del Estado y del compromiso de éste a garantizar la atención religiosa a los miembros de las Fuerzas Armadas [Cfr. Constitución Española de 1978 y Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 5-8-1980].

Asistencia religioso-espiritual a los católicos en las Fuerzas Armadas

La asistencia religioso-pastoral y espiritual a los miembros católicos de las Fuerzas Armadas es prestada por el Arzobispado Castrense.

Naturaleza del Arzobispado Castrense

El Arzobispado Castrense de España es una diócesis personal, no territorial, regida por un arzobispo, recibe la denominación canónica de «Ordinariato Militar», y por autorización expresa de la Santa Sede se denomina oficialmente Arzobispado Castrense de España.

Constitución del Arzobispado Castrense

El Arzobispado Castrense como toda diócesis, está constituido en lo personal por el arzobispo, el presbiterio y la porción del pueblo de Dios que le ha sido encomendada (los fieles).

El Arzobispo Castrense

El Arzobispo Castrense es Cabeza y Pastor de esta iglesia particular, a la cual enseña, santifica y gobierna. Tiene potestad legislativa, administrativa y judicial. Ejerce la jurisdicción sobre los fieles y lugares que tiene encomendados. Concede la «missio canonica» a los Capellanes y hace la propuesta de destino al Ministerio de Defensa.

El Arzobispo Castrense tiene la Sede personal y la Curia e Iglesia Catedral en Madrid. Es nombrado por el Papa, a propuesta de Su Majestad el Rey, todo de conformidad con el Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado Español.

El presbiterio castrense

Está constituido por los sacerdotes, cooperadores del Obispo, que han recibido la misión de servir y ejercer su ministerio pastoral en esta Iglesia particular que es el Arzobispado Castrense.

Los Fieles

Los fieles son todos los católicos que en virtud de lo establecido en la normativa eclesiástica y concordatoria pertenecen al Arzobispado Castrense. El Obispo con su presbiterio ofrecen y con ellos realizan su ministerio pastoral (la jurisdicción). En concreto son: los miembros católicos de los tres Ejércitos y Guardia Civil, cualquiera que sea su situación militar, los alumnos de las Academias y de las Escuelas militares, sus esposas e hijos y familiares.

Los lugares donde se encuentran estos fieles son muy diversos: Cuarteles, Bases, Academias, Escuelas, Barcos, Hospitales, Colonias, etc. Los datos actuales nos dicen que son alrededor de ochocientas mil las personas que tienen derecho, a ser asistidos por el Arzobispo Castrense y su Presbiterio.

El Arzobispo Castrense con su Presbiterio y los fieles que les son encomendados forman la Comunidad Católica Castrense, extendida por todo el territorio nacional y presente también en aquellos lugares internacionales donde los militares españoles realizan misiones humanitarias y de paz.

ARZOBISPADO CASTRENSE EN LA ACTUALIDAD

Arzobispo

En este momento la sede está vacante por el fallecimiento de su titular el pasado mes de enero, D. Juan del Río Martín (2008 - 2021). Temporalmente sus funciones son asumidas por el Ordinario Castrense, D. Carlos Jesús Montes Herrero, hasta que la Santa Sede provea nuevo arzobispo.

Sacerdotes, religiosos y laicos

Existen algunas Congregaciones religiosas que colaboran con el Arzobispado Castrense y trabajan en este específico apostolado. Algunos de sus miembros están integrados en las actividades propias de este campo de acción eclesial...

Actividades

La misión del Arzobispado Castrense es ofrecer asistencia religiosa pastoral a sus miembros. Todas las actividades que realizan el arzobispo y los Capellanes van encaminadas a hacer presente a la Iglesia y a edificarla en el mundo militar, al mismo tiempo que ofrecen su disponibilidad y prestan su colaboración en las tareas de carácter asistencial que se realizan dentro de los Ejércitos.

Así pues, todas las actividades del Arzobispado Castrense son las propias de una Diócesis respecto a su feligresía, teniendo en cuenta las peculiaridades de los destinatarios, militares y familias, de esta acción pastoral. Acciones dirigidas a la evangelización, catequesis, caridad, comunión eclesial, sacramentos, atención y promoción humana, etc., y centradas en dos polos fundamentales: a) evangelización y atención humana; b) cuidado pastoral ofrecido a los militares y sus familias.

Las Misiones Internacionales

Mención especial merece la presencia de Capellanes en las misiones de paz o de ayuda humanitaria que vienen realizando en los últimos años los ejércitos españoles fuera del territorio nacional, en zonas de conflicto o de catástrofes naturales, que demandan especialmente el acompañamiento de Capellanes, pues allí su presencia y acción ministerial son especialmente necesarias.

Hay que tener en cuenta que muchos de los militares que realizan estas misiones de paz y de intervención humanitaria lo hacen en zonas muy alejadas del territorio nacional, son padres de familia con hijos pequeños a los cuales no pueden atender durante su ausencia prolongada. Al mismo tiempo estos militares viven situaciones de alto riesgo para sus vidas como lo demuestran las bajas que se han ido produciendo, con unas condiciones de vida duras. El Capellán que asiste a estas misiones internacionales acompaña a los militares en la misión, comparte con ellos el riesgo, los trabajos y las dificultades, realiza entre ellos su ministerio pastoral como sacerdote, los conforta espiritualmente, realiza funciones de asistencia social y humana. Y, comparte también la satisfacción del bien hecho a los demás y el verse instrumento eficaz en favor de la paz.

En estas misiones internacionales han participado ya setenta y siete Capellanes y de ellos más de la mitad han asistido en tres, cuatro, cinco y seis misiones. Actualmente hay Capellanes desplazados es diversas misiones acompañando a nuestros militares, además de los que se encuentran navegando en aguas internacionales. Cada misión tiene una duración indeterminada. En ella se suceden «agrupaciones militares» acompañados por un Capellán que suele relevarse cada seis meses.

Instituciones

Entre las instituciones que tiene el Arzobispado Castrense, mencionamos las siguientes:

Colegio Sacerdotal Castrense Juan Pablo II. Es el Seminario Castrense erigido en 1991. En él se forman los candidatos al sacerdocio para ser promovidos a las sagradas órdenes en el Arzobispado Castrense.

La misión de este Centro es promover y cuidar las vocaciones sacerdotales, así como formar a los seminaristas que se preparan para el sacerdocio con una vocación específica en orden al ministerio pastoral castrense.

Hermandad de Capellanes Retirados. Es una asociación de sacerdotes fundada en 1988. Tiene la misión de favorecer la fraternidad sacerdotal y la mutua ayuda entre los capellanes que por razones de edad han dejado el ministerio sacerdotal en el ámbito castrense, pero que mantienen los vínculos espirituales, y en muchas ocasiones canónicas, con el Arzobispado. Los componentes actualmente son más de doscientos antiguos Capellanes que se mantienen vinculados.

Cáritas Castrense es el organismo oficial del Arzobispado Castrense de España, erigida por su arzobispo, que en su Iglesia particular la constituye para promover, coordinar y orientar la acción caritativa, social y la comunicación cristiana de bienes entre sus fieles para cumplir el ministerio de caridad que a él le corresponde.

Asociaciones de Damas de los patronos/as de los distintos ejércitos y armas. Son asociaciones laicales con la misión de favorecer la comunión eclesial, el culto y el ejercicio de la caridad.

PRESENCIA DEL ARZOBISPADO CASTRENSE EN CEUTA

Ceuta tiene una dilatada tradición militar, ligada a la presencia de las fuerzas armadas desde tiempo inmemorial, algo que es conocido por la ciudadanía ceutí. Y ligada a la presencia de una notable guarnición en esta plaza, el arzobispado castrense se sitúa como una expresión más de la vida de los ejércitos en medio de esta ciudad, cuidando de la dimensión espiritual y humana de sus miembros.

La capellanía castrense, es una parroquia de tipo personal, no vinculada a un territorio, sino a sus miembros, y a lo largo del tiempo ha sido atendida por capellanes, muchas veces coincidiendo varios al mismo tiempo, destinados en las diversas unidades de la plaza. En la actualidad, está atendida por un solo capellán y aunque la gran mayoría de las capillas de nuestras unidades están operativas, los actos de culto están centralizados en la capilla de San Cristóbal, sita en la Unidad Logística, 23 (Avda. Otero).

Esto imprime una dinámica distinta a la acción pastoral en medio de las fuerzas armadas, pues lo primordial es siempre una pastoral de acompañamiento. Una pastoral que sitúa al capellán al lado de aquellos que necesitan atención, a salir y acudir en su busca y cuya actividad sacramental, es fruto de esta labor de acompañamiento. Una actividad que no es ni mucho menos desdeñable, pues al militar, que vive su unidad como parte de su vida y su familia, le gusta celebrar los acontecimientos de su vida de fe en su misma casa. De esta manera, no solo compartimos la Eucaristía dominical a las 12 de la mañana de cada domingo, sino también los momentos cruciales de la vida, el bautismo al nacer, la confirmación y la primera comunión al crecer y madurar, el matrimonio cuando deciden iniciar una vida juntos. Pero también la tristeza de la última despedida, que, aunque sabemos que nunca es el final, es un momento íntimo de encuentro entre todos y de oración al Creador.

Aunque la diócesis castrense es una jurisdicción diferente a la territorial de Cádiz y Ceuta, en la práctica, no hay más que una sola Iglesia, presidida por Cristo y gobernada por su vicario, el Papa. En este mismo espíritu se sitúan las relaciones entre la diócesis castrense y la de Cádiz y Ceuta. Fraternidad sacerdotal, mutuo servicio y, sobre todo, una misión común: el cuidado del pueblo de Dios.

Fruto de este mismo espíritu fraterno, desde la reciente implantación de Cáritas Castrense en Ceuta, la acción caritativa en la Iglesia castrense, se inicia una intensa labor de comunicación, colaboración y apoyo mutuo entre Cáritas diocesana de Ceuta y Cáritas Castrense, como decíamos, una sola Iglesia, la de Cristo.

Por último, reseñar que al igual que todos nos hemos debido adaptar a las nuevas circunstancias, la Iglesia Castrense también lo ha hecho y en varios frentes. Por una parte, nuestro difunto arzobispo D. Juan del Río (q.e.p.d.), puso en marcha la iniciativa “El granero de José” para casos de extrema necesidad. Al mismo tiempo los capellanes, desde sus distintos destinos, se sumaron a la actividad de las Fuerzas Armadas, como rastreadores, o como participantes en las tareas de desinfección y limpieza. Todo ello sin descuidar la actividad de pastoral de acompañamiento ni la sacramental. Así desde diferentes ubicaciones se transmitieron regularmente Misas on-line, y nuestro arzobispo nos regalaba esos “apuntes para la vida”, “diario de un pastor en el covid-19”, o sus tweets diarios.

Nosotros desde Ceuta, contribuimos con un blog de contenido religioso, donde se puede encontrar, desde las lecturas diarias con un pequeño comentario, así como cuestiones elementales de liturgia, sobre todo en los cambios de tiempo litúrgico, santoral, o incluso se pueden encontrar los retiros on-line que se han realizado a lo largo de este último año, Todo ello está disponible en la siguiente dirección electrónica https://sarfas-ceuta.blogspot.com