Mariscal de campo Juan María Muñoz y Manito, un comandante general con una biografía de película
Antonio Muñoz-Manero Fernández, teniente coronel de Infantería colaborador de la Biblioteca Histórico Militar de Ceuta.
En este artículo se narran las vicisitudes de un oficial del Ejército español, hijo, nieto, hermano y padre de oficiales, cuyo único afán en vida fue servir a esta gran nación y al que la historia le deparó intervenir en los principales conflictos militares de su época.
Nació en Cádiz, el 4 de marzo de 1761. Hijo de D. Fernando Muñoz, capitán de Infantería y de Dña. Gertrudis Manito. Su padre, como su abuelo paterno estaban destinados en aquel momento en el Regimiento de Infantería España, en la isla de León, actual San Fernando.
Fernando y Gertrudis tuvieron nueve hijos: cinco varones y cuatro mujeres. Cuatro de los hijos ingresaron, siendo niños, en el mismo regimiento que su padre.
Pues bien, Juan María, a la edad de 13 años, ingresó como cadete en el Regimiento de Infantería España, el 6 de abril de 1774. A los pocos meses, en febrero de 1775, embarcó para Cuba con su Regimiento y con sus padres y hermanos, y desde allí acudió con su unidad en apoyo a las Trece Colonias, embrión de lo que serían los Estados Unidos de América, en su guerra contra Inglaterra. Participó, junto con su padre y el siguiente de los hermanos, que era cadete, en la expedición a Nueva Orleans (1779), en la toma de la Mobila y en la de Pensacola (1781), a las órdenes del Bernardo de Gálvez, gobernador de La Luisiana. Estas victorias permitieron el control de La Florida por parte de España.
De regreso a la Habana, ya como alférez y embarcado en el navío San Juan, participó en la toma de la isla española de Providencia, que los ingleses utilizaban para atacar el tráfico naval entre el océano Atlántico y el mar Caribe, y apresaron 12 buques de guerra y numerosos prisioneros y material. Regresó con su Regimiento a la Península en el año 1784. El Regimiento, cuando estaba en su base, en Cádiz, se trasladaba con frecuencia a Ceuta, presidio mayor, y a los presidios menores, para su defensa.
No tardaría mucho en volver a combatir pues, 6 años después, en octubre de 1790, partirá nuevamente con su unidad, esta vez a Orán, en donde permanece hasta finales de agosto de 1791 y donde participa en diferentes hechos de armas contra los turcos del señor de Mascara, hasta su vuelta a la Península en agosto de 1791, cuando fue promovido a primer teniente. También estuvieron en Orán sus tres hermanos militares.
El 16 de enero de 1793, se le concedió real licencia para contraer matrimonio con doña María Granados, con la que tuvo tres hijos varones y tres niñas. Los tres hijos siguieron la carrera de las armas, dos alcanzaron el empleo de mariscal de campo y uno, el de brigadier.
Nombrado ayudante mayor, puesto de confianza del coronel, el 17 febrero de 1793, formó parte del Ejército del Rosellón, en la provincia de Girona, en la guerra contra la Francia revolucionaria, encuadrado en una Compañía de Granaderos y participó en el ataque y toma del castillo de Camprodón, y de otras plazas tomadas por los franceses, donde fue herido, y en la batalla de Pontós, la última batalla. Por la heroica acción del Regimiento España en la defensa de San Lorenzo de Muga y por su sacrificio, le fue otorgado el sobrenombre de El Mártir.
Durante la campaña del Rosellón ascendió a capitán, el 5 de octubre de 1793, y se le concedió el grado de teniente coronel el 4 de septiembre de 1795. Finalizada la mencionada campaña, se trasladó con su Regimiento a Cádiz, en donde sufrió los bombardeos de la escuadra inglesa, los días 2 y 5 de agosto de 1797, que pretendía bloquear a la Escuadra Naval y, de esa forma, impedir el tráfico entre España y Ultramar.
Ese mismo año, a todo el Regimiento se le destina al servicio de la Armada y durante veintidós meses, Juan María estuvo embarcado en el navío de guerra Soberano, al mando de 600 hombres del regimiento, formando parte de la escuadra combinada hispano-francesa apostada en el puerto de Brest.
El 5 de abril de 1805, embarcó, al mando de 200 hombres, en el navío El Firme, como parte de una escuadra con destino a la isla de la Martinica (Antillas menores del Caribe), en apoyo de los franceses, para desalojar a los ingleses que habían tomado la isla. Una vez recuperada la isla y rendidos los ingleses, de regreso a España, el 22 de julio, se encontró la escuadra española, que mandaba el almirante Gravina, con la escuadra inglesa, en Finisterre. El navío El Firme tuvo, como consecuencia de los combates y con solo el palo de trinquete en pie, 35 muertos y 60 heridos, entre ellos, Juan María, que fue hecho prisionero y conducido a Portsmouth, en donde quedó hasta el 24 de noviembre, en que regresó a España y se incorporó a su Regimiento. El 1 de enero de 1806, pasó con su unidad a Ceuta, en donde permaneció hasta finales de octubre de 1808.
El 1 de diciembre de 1808, se incorpora con su Regimiento al Ejército de Andalucía, que se encontraba combatiendo en la Guerra de la Independencia contra los franceses. Fue ascendido al empleo de sargento mayor. Durante la misma, participa en diversos hechos de armas entre los que destacan las acciones de Villareal (1808) y Puertollano (1809). Posteriormente, pasa con su regimiento al Ejército de Vanguardia que mandaba el General Lacy y asiste a la acción sobre Toledo, desde el 27 de julio hasta el 3 de agosto de 1809; la acción de Aranjuez, el 5 de agosto, y la batalla de Almonacid, el 11 de agosto.
Asciende al empleo de teniente coronel el 12 de agosto de 1809 y se le da el mando del 2.º Regimiento de Infantería de Loja, con el que asiste, el 19 de noviembre, a la batalla de Ocaña, a las órdenes del general Castejón. Entra en Cádiz con su regimiento el 11 de abril de 1810. Es ascendido a coronel el 12 de abril de 1810 y se le da el mando del Regimiento de Infantería Murcia. Desde Cádiz y al mando de su nuevo Regimiento, efectuó varios ataques a los franceses, en Moguer, en el Condado de Niebla y en Ayamonte y combatió también en la batalla de Chiclana y en la de la Albuera (1811).
El 25 de julio de 1811 y a las órdenes del general Blake, embarcó con su Regimiento en el puerto de Cádiz para realizar operaciones en el Reyno de Murcia. El 26 de diciembre, se replegó sobre la plaza de Valencia y participó en la defensa de la misma hasta el 9 de enero de 1811, en que fue hecho prisionero de guerra y conducido a Francia. El 30 de noviembre de 1813, se fugó, junto con el coronel José de la Mar, que más tarde sería el primer presidente del Perú. Atravesaron Suiza y el Tirol y llegaron al puerto de Trieste, sobre el mar Adriático, donde embarcaron de vuelta a España en junio de 1814, recién terminada la Guerra de la Independencia. Una vez justificada su conducta, asumió nuevamente el mando de su Regimiento.
Fallecida su primera mujer, contrajo matrimonio con Dña. Marta Salazar y Sandoval de los Reyes. Tendrían dos hijos varones que siguieron la carrera de las armas y ambos alcanzaron el generalato.
Hallándose de guarnición en Mataró, con su Regimiento, el de Murcia, ya como brigadier, consiguió frustrar, en la noche del 4 de abril de 1817, un intento de sublevación liderada por los generales Lacy y Milans del Bosch. En su huida, Lacy fue apresado y fusilado, y Milans consiguió llegar a Francia.
Este año nuestro protagonista ascendió a mariscal de campo y permaneció de cuartel en Sanlúcar de Barrameda y Algeciras, como gobernador interino, hasta el final del trienio liberal, momento en el que fue nombrado Gobernador Militar y Político y Comandante General de Ceuta, puesto que ocupó entre octubre de 1823 y mayo de 1824.
El 26 septiembre de 1824, es nombrado segundo cabo del Reyno de Galicia y Comandante General de la provincia de Tuy.
Por Real Orden de 9 de marzo de 1826, es nombrado de nuevo Gobernador Militar y Político y Comandante General de Ceuta, cargo que desempeñó hasta que, el 31 de diciembre de 1831, pasó de cuartel en Madrid. Este sería su último destino.
Falleció en Madrid, el 13 de noviembre de 1848, a los 87 años de edad.