Historia de la Casa de los Dragones o Casa Cerni
Ya en 1936 la Falange Española se apropió del edificio instalando en él sus oficinas durante una década.
Francisco Cerni González, alcalde de Ceuta entre 1897 y 1903, y su hermano Ricardo encomendaron el proyecto al arquitecto valenciano, José María Cortina Pérez, considerado uno de los más importantes artífices del eclecticismo en la arquitectura valenciana de finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX.
Casi todas sus obras fueron encargos de familias de la burguesía y de entidades religiosas valencianas: edificios de viviendas, casas de veraneo, panteones o ermitas. Solo hay dos ciudades fuera de esa comunidad que poseen sendas obras del artista: Teruel, en donde se ubica la ermita de la Virgen del Carmen, y Ceuta con la Casa Cerni, reconocida como la obra más bella del arquitecto.
Construida entre 1900 y 1905, la Casa Cerni tuvo sus años de esplendor cuando fue alquilada por los Cerni al Casino Africano. De aquella época se recuerda la gran lámpara de araña de cristal, el techo de vidriera, la magnífica biblioteca, el lujoso mobiliario e incluso los bailes y cenas celebrados.
De acuerdo al relato del historiador ceutí Francisco Sánchez Montoya, tras la muerte de Francisco Cerni, la casa pasó a manos de sus sobrinos y fue durante la II República cuando se retiraron los dragones de la fachada. Ya en 1936 la Falange Española se apropió del edificio instalando en él sus oficinas durante una década.
En 1946 la Casa Cerni fue vendida a las Misioneras de la Inmaculada Concepción que transformaron el interior en un colegio, salvo algunas de las estancias que sirvieron de vivienda para el obispo, alquilándose los bajos a la Caja de Ahorros de Ceuta.
En 1973 Salomón Benhamú y Moisés Barchilón compraron el edificio. Ya en 1968 el deterioro de la fachada comenzaba a hacerse evidente con la pérdida de varias molduras y el derribo de uno de los balcones.
Es por ello que, en el mismo año de su adquisición, los nuevos propietarios acometieron el primer arreglo de la fachada, retirando elementos añadidos como carteles, cables, paneles metálicos y la visera que había construido la entidad bancaria, además de realizar el revestimiento en roca ornamental de toda la parte inferior para ocultar los daños que ya se habían producido. La planta superior se destinó a oficinas y los bajos, a locales comerciales. Diez años más tarde, Salomón Berhamú adquirió el 100 % de la propiedad de la Casa de los Dragones.
Hoy, a sus 116 años, la Casa de los Dragones luce sana por dentro y por fuera y es, sin duda, una de las joyas patrimoniales de la Ciudad Autónoma de Ceuta.